viernes, 12 de julio de 2013

UN EXTRATERRESTRE EN EL MEDIO DEL PELOTON

EL MUNDO |• Actualización|
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Chris Froome terminó segundo en la carrera contra el reloj ganada por Tony Martin, miércoles, 10 de julio en Mont-Saint-Michel.
Chris Froome terminó segundo en la carrera contra el reloj ganada por Tony Martin, miércoles, 10 de julio en Mont-Saint-Michel. | REUTERS / © Jean-Paul Pelissier / Reuters

 

Miércoles, 10 de julio, en la 11 ª etapa, Froome no ganó, pero aún así ganó. Se trata de Tony Martin , recuperado de su terrible accidente en la primera etapa, que ha viajado más rápido será el 33 kilometros telegenic contrarreloj jugado entre Avranches y Mont-Saint-Michel. Se creyó por un momento que el alemán superan el promedio 54,36 kmh realizado por el británico David Millar en 2003 en Nantes (en una parcela de 49 km), o de 54,54 kmh del americano Greg LeMond en 1989 en París (24,5 km), pero no funciona a 54,27 kmh promedio, el campeón del mundo en la disciplina tuvo que conformarse con la tercera contra el reloj como Historia Breve de la Grande Boucle .
Este segundo crono "postal", Chris Froome , Información anunció favorito desde su anterior edición, impuso un nuevo golpe a sus rivales, cuatro días después de haber eliminado en la subida final de la primera etapa pirenaica. "En Ax 3 Domaines, hizo una gran subida, las diferencias son realmente impresionantes, no es de esperar que, recuerda Nicolas Portal , el equipo Sky director deportivo francés. Una vez más, la carrera contra el reloj No esperaba que las diferencias son demasiado grandes ".
"Froome HACE, Y OTROS"
A mitad, el margen entre el Inglés nacido en Nairobi ya la competencia es enorme: 3'25 y 3'54 sobre los españoles Alejandro Valverde (Movistar) y Alberto Contador (Saxo-Tinkoff), sus dos principales rivales . ¿Sigue siendo necesario mencionar el australiano Cadel Evans (BMC), ganador del Tour en 2011, que señaló el miércoles a casi siete minutos Y luxemburgués Andy Schleck (RadioShack), ganador en 2010, relegado a más de ocho minutos y treinta segundos?
Si bien hay cinco pasos que puede ser decisivo - cuatro montañas, una contra el reloj - los "blancos de Kenia" enemigo objetivo N º 1: "Valverde es el más peligroso para mí en general." Lo que Chris Froome es tranquilizador, dijo Valverde ya está más ilusiones . "Hay Froome, y otros que están luchando por el podio, incluyendo a recuperar el tiempo del fin, es posible, pero latido Froome será complicado ".
Proporcionar extremadamente o muy hipócrita, las llamadas jersey amarillo de vigilancia, invocando recuerdos de la última etapa de los Pirineos, cruzó solo entre sus rivales, sin compañero de apoyo , pero sin perder ni una pluma . "Vimos el domingo que podría tener días complicados, dijo. Será difícil hasta el final de mantener el maillot amarillo. " "El domingo, la etapa ha ido bien a Chris, sin embargo, recuerda su manager. Nos tomó ventaja del hecho de que Movistar [que podría desestabilizar Froome ese día] equipo jugó el segundo lugar, con claridad ".
ORINA JET
¿Y ahora? " Va a ser un poco más en control , sugiere Nicolas Portal. Pero en el Monte Ventoux [paso 14 de Julio], por ejemplo, si podemos, vamos a no ser tímidos a tomar el tiempo. "
La coronación Elysian realmente puede escapar "Froomey"? "Nadie se ha perdido el Tour, nadie ha ganado, sin embargo, todavía queda el camino", quiere creer que Alberto Contador, ganador del Tour en 2007 y 2009 - y 2010, antes de ser descalificado por dopaje - que señala que Froome es una "forma impresionante." Will alimentar el debate con su director, el francés Philippe Mauduit , que no oculta su renuncia: "Hay un extranjero y el resto del mundo."
"Bueno, si todo va bien ... admite Nicolas Portal. [Froome] 's jersey amarillo, y es el corredor más fuerte en el Tour. Pero es sólo un medio, no debe venta ... Bueno, yo ni siquiera me atrevo decir . " ¿Qué Nicolas Portal no se atreve a decir es que el final de la gira puede ser largo. Y algunos espectadores ya han comenzado s ' ocupan ellos mismos de realizar. En el camino al Mont Saint-Michel, un hombre colocado en el lado de la carretera se paga al británico Mark Sprint día de tormenta de Cavendish rociando orina al pasar.

Microsoft ayudó a la NSA a revelar mensajes encriptados

'The Guardian' asegura que se dieron datos a los servicios de seguridad desde Outlook y Skype

 
 


Oficinas de la empres Microsoft. / EFE
 
Microsoft colabora estrechamente con los servicios de inteligencia estadounidenses para permitir el acceso a las comunicaciones privadas de sus usuarios. La multinacional ha ayudado al espionaje de Washington incluso a sortear su propio sistema de codificación de las cuentas y ha permitido el acceso al audio y al vídeo de conversaciones en Skype, el servicio de videoconferencias que la multinacional adquirió en octubre de 2011. Estas son las últimas revelaciones del diario The Guardian en relación con los programas de espionaje masivo en Internet de los gobiernos estadounidense y británico desvelados por el exempleado de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense, Edward Snowden.
Los nuevos archivos a los que ha tenido acceso el diario británico ilustran el nivel de cooperación existente entre Silicon Valley, la zona californiana que concentra las sedes de empresas tecnológicas estadounidenses como Google, Apple o Facebook, y las agencias de espionaje durante los últimos tres años.
Microsoft facilitó a la NSA acceso a las conversaciones de sus clientes en el servicio de correo Outlook. Además, la compañía ha trabajado con el FBI este año para facilitar a la agencia, a través del programa Prisma, la entrada a su archivo de datos en Internet SkyDrive, el cual tiene más de 250 millones de usuarios en todo el mundo.
El servicio de videoconferencias Skype colaboró también con el espionaje estadounidense el año pasado, al permitir al programa Prisma archivar vídeos y audios de conversaciones privadas. El material almacenado por Prisma es regularmente compartido con el FBI y la CIA.
Las últimas revelaciones sobre el modus operandi de la NSA ponen de manifiesto las tensiones existentes entre las grandes empresas tecnológicas y la Administración de Barack Obama. Los gigantes de Internet están presionando al Gobierno para permitirles hacer público de una manera más completa el alcance de su cooperación con la NSA para calmar a sus clientes.
En un comunicado, Microsoft afirma que cuando "actualiza o moderniza" sus productos no está exenta de la necesidad de cumplir con las "presentes o futuras exigencias legales". La compañía ha reiterado el argumento de que facilita datos de sus clientes "solo en respuesta a las exigencias del Gobierno" y solo sobre "cuentas específicas".
The Guardian publicó en junio que la NSA tenía "acceso directo" a los datos personales y a las comunicaciones de los usuarios de grandes empresas de Internet a través de Prisma.
Desde que se hizo pública la existencia del plan masivo de espionaje, tanto Microsoft como el resto de compañías vinculadas en los informes filtrados por Snowden han negado tener conocimiento del programa y han insistido en que las agencias de espionaje no tienen acceso a sus sistemas.
En la misma línea se han manifestado los portavoces de Skype, compañía que dice estar "comprometida con el respeto a la privacidad y confidencialidad de los datos personales, la información sobre la navegación y el contenido de las comunicaciones" de sus clientes. Sin embargo, comunicaciones internas de la NSA a las que ha tenido acceso The Guardian sugieren que la cooperación entre el Gobierno y las empresas es profunda y se mantiene vigente. La última campaña de marketing de Microsoft lanzada en abril enfatiza el compromiso de la empresa con la seguridad con el eslogan: "Tu privacidad es nuestra prioridad".
Información elaborada por Glenn Greenwald, Ewen MacAskill, Laura Poitras, Spencer Ackerman y Dominic Rushe. © Guardian News Media

Los sindicatos alzan la voz con una huelga general en Brasil

El gigante sudamericano vive su primera huelga general en 22 años

Los cortes de carreteras y las protestas afectan a grandes ciudades de una decena de Estados

 
 

Un grupo de manifestantes, este jueves en Brasilia. / FERNANDO BIZERRA JR. (EFE)
 
La primera huelga general en Brasil en 22 años, la segunda desde la recuperación de la democracia, en 1985, supone un claro llamamiento de los trabajadores. Exigen recibir una mayor tajada de la bonanza económica del gigante sudamericano. El paro, convocado por el grueso de las grandes centrales sindicales brasileñas, se sintió con fuerza en más de 20 grandes ciudades en más de una decena de Estados. Las organizaciones convocantes, que incluían desde la poderosa Central Única de Trabajadores (CUT) —afín al gobernante Partido de los Trabajadores (PT) de la presidenta Dilma Rousseff—, hasta el Movimiento de los Sin Tierra (MST), no solo reivindican mejoras laborales, sino también más inversión en educación, sanidad, y una reforma agraria en un país de grandes latifundistas.
La huelga sin duda sigue la estela de las manifestaciones que mantuvieron en vilo al país y en especial a su corazón económico, São Paulo, a mediados de junio. Aunque la movilización no ha logrado reunir a tanta gente en la calle como aquellas manifestaciones de los sin partido, ha impedido sobre todo el funcionamiento del transporte público en muchas urbes. Los huelguistas llegaron a cortar 38 carreteras nacionales. Y, en algunas ciudades donde los trenes y autobuses pretendieron funcionar, los vehículos fueron obligados a parar a pedradas. También tres de los principales puertos, entre ellos el mayor, el de Santos (São Paulo), fueron paralizados por los huelguistas.
Los sindicatos decidieron no incluir entre sus lemas el de “Fuera Dilma”, pero las manifestaciones en bastiones del PT, como las de São Bernardo do Campo, en la periferia de São Paulo —capital de la industria automotriz brasileña y el lugar donde el expresidente Lula saltó a la fama como líder sindical—, se interpretan como un mensaje de descontento desde las filas de un sector del partido y sus aliados. En el paro están participando ocho de las mayores centrales sindicales, que reúnen a más de 7.000 gremios, y que están vinculadas a nueve partidos políticos, tanto del Gobierno como de la oposición.
En Río no se logró paralizar el transporte público, a pesar de que era uno de los objetivos
El líder de la segunda mayor central sindical, Paulo Pereira (alias Paulinho da Força), de Fuerza Sindical, llegó a calificar la huelga de este jueves como un “calentar motores” para una “verdadera huelga general” que debería producirse en agosto, si el Gobierno de Dilma Rousseff no aceptara sus reivindicaciones. Ante un millar de metalúrgicos, Pereira les preguntó si estarían dispuestos a ir a una “huelga general”, como si la de este jueves no hubiese sido convocada como tal.
En la mayor ciudad del país, São Paulo, un juez ordenó servicios mínimos de metro a las horas punta, pero después los empleados votaron no sumarse al paro. Los manifestantes bloquearon varias vías de acceso a la capital económica del país y dentro de ella. Una marcha recorrió la calle 25 de Marzo, una de las principales arterias comerciales del casco viejo, y los piquetes ordenaron a los comerciantes que cerraran. Otra manifestación, de mensajeros en moto, cortó la avenida Bandeirantes, cercana al área de negocios de la zona sur.
A pesar de que los transportes públicos no se sumaron a la huelga, en Río de Janeiro cerraron las puertas muchas escuelas públicas y privadas, bancos y oficinas de correos. El comercio, sin embargo, funcionó normalmente. Los dirigentes sindicales esperaban mayor afluencia de trabajadores a las manifestaciones durante la mañana. La actuación de los piquetes para impedir trabajar a todo tipo de empleados fue más eficaz en crear entusiasmo en la población por la huelga.
En Belo Horizonte, en el estado de Minas Gerais, la huelga afectó al transporte público: el metro no tenía previsto reestablecer el servicio hasta este viernes. La huelga también paralizó de forma parcial las escuelas (cerró en torno a un 20%) y los centros sanitarios, aunque en este último caso la atención de urgencias discurrió con normalidad, según fuentes médicas.
Las protestas están siendo menores de lo esperado por los sindicatos
En ciudades como Salvador de Bahía y Porto Alegre, los autobuses y el metro dejaron de funcionar desde la mañana. En esta última ciudad, capital de Río Grande do Sul, los trenes urbanos tuvieron que parar porque los que habían salido de cocheras fueron apedreados por los manifestantes.
Algunos analistas destacaron la diferencia entre las manifestaciones de la huelga general de este jueves y las protestas callejeras del pasado mes de junio que, convocadas mediante las redes sociales, llevaron a las calles a más de un millón de personas y que se caracterizaron estar protagonizadas por gentes “sin partido, sin líderes y sin banderas”.
Mientras los de las protestas callejeras, fundamentalmente jóvenes de clase media, centraron sus quejas en la condena de la corrupción política y en la reivindicación de mejores servicios públicos como escuelas, hospitales y transportes, en la huelga de este jueves no hubo una sola pancarta contra la corrupción ni contra los políticos.
En los comentarios de los lectores en las ediciones digitales de los grandes diarios y en las redes sociales se ironizó con preguntas sobre dónde estaban este jueves los antidisturbios cuando los huelguistas apedreaban autobuses o encendían hogueras para cortar carreteras, en contraste con la dureza exhibida contra los manifestantes las semanas pasadas. La huelga se ve como un intento de quitarle la calle al movimiento espontáneo de protesta, dirigido fundamentalmente contra los partidos políticos.

“Es una protesta política, no del pueblo”

Los vecinos de São Paulo toman medidas para sortear el paro

Los conductores de metro y bus dan la espalda a la movilización

 

Una manifestación en Sao Paulo este jueves. / S. MOREIRA (EFE)
 
Los sindicatos de Brasil quisieron aprovechar la insatisfacción generalizada que desde hace un mes abarrota las calles del país y convocaron grandes movilizaciones en todo el país —un Día Nacional de Lucha—, pero el resultado no fue el esperado. “Amenazaron con cortar nueve autovías y solo han bloqueado dos. Hacía años que no convocaban un paro tan grande, pero está todo normal. Esta es una protesta de partidos, no del pueblo como las otras”, aseguró ayer Adailton, de 40 años, en São Paulo.
“Yo hoy he llegado tempranísimo. Me he levantado dos horas antes para llegar a tiempo porque todo el mundo decía que la ciudad se iba a parar y he llegado aquí la primera”, se lamentó Michelle Ramiro, gerente de una tienda de alimentación.
Los principales problemas se vivieron en el interior y en el litoral del Estado de São Paulo, donde los sindicatos sí bloquearon durante más de seis horas algunas carreteras, polígonos industriales y la entrada a puertos clave como el de Santos. Los huelguistas pertenecen sobre todo a los sectores metalúrgico, portuario, petrolero y bancario y reclaman, entre otras cosas, la reducción de la jornada laboral de 44 a 40 horas semanales.
En la avenida Paulista, principal arteria urbana de la ciudad y escenario de las grandes protestas iniciadas contra el aumento de las tarifas de transporte, unos 2.000 manifestantes, según la Policía Militar, pararon el tráfico en ambos sentidos durante horas.
El clima de la víspera de la huelga predecía un día de caos, pero la negativa de sumarse a la huelga de colectivos como los conductores de autobús y metro desinflaron las movilizaciones en São Paulo, según reconoció João Carlos Gonçalves, el secretario de Fuerza Sindical, una de las centrales organizadoras. Aun así, muchos decidieron quedarse en casa, desde empleadas del hogar a ejecutivos de multinacionales.
Las empresas habían invitado a sus empleados, como ha sido costumbre durante todo este mes de manifestaciones de protesta social, a quedarse en casa: “Nuestra recomendación es que los profesionales de São Paulo no vengan a la oficina. Por ese motivo, en el caso de que sea posible, prepárese para el trabajo remoto”, decía una circular interna de una importante consultora internacional. “Hoy está desierto, la mayoría ha decidido no salir para no arriesgarse. Hay jefes que no te descuentan la jornada si faltas”, contó Cesar Augusto Correa, el quiosquero de una estación de autobuses del centro mostrando la pila de periódicos que le faltaba por vender.
“Avisé a mis jefas de que no podría ir a trabajar. Vivo en Guarulhos y llegar al centro iba a ser imposible con todo parado”, explicó Wilma Martins da Silva, una empleada del hogar de 64 años que hizo un maratón para cumplir con su horario. “Salió todo bien y llegué a tiempo, pero no fue fácil. Vine en coche hasta la entrada de la ciudad, aguanté el tráfico habitual, luego agarré el tren y luego el autobús. Menos mal que funcionaban”, contó la señora mientras esperaba el autobús que la llevaría a una tercera casa a limpiar.
Los primeros análisis de la jornada apuntaban a que los sindicalistas no habían sabido aprovechar bien la indignación de la calle. “La relación [de desconfianza] con políticos y dirigentes sindicales, también ligados a diferentes partidos y al Gobierno, ayuda a entender la razón del número reducido de personas que salieron a la calle hasta ahora, si lo comparamos con el contingente de las movilizaciones del Movimiento Pase Libre [que reivindicaba la reducción de las tarifas del transporte]”, afirmaba en el diario Folha el analista político Marco Antonio Carvalho Teixeira, de la Fundación Getúlio Vargas.

El Papa endurece las penas contra la pederastia y el blanqueo de dinero

Francisco cambia con un 'motu proprio' la norma jurídica del Estado de la Ciudad del Vaticano

La reforma de la ley vaticana agrava el castigo de los casos de blanqueo

 

El papa Francisco junto a varios imigrantes durante su visita a la isla de Lampedusa, Italia, el pasado lunes. / - (EFE)
 
El papa Francisco tiene prisa. Sus reformas se producen a un ritmo jamás visto en la Iglesia. La última decisión ha sido la de cambiar mediante un motu proprio —un documento que solo pueden emitir los papas— el reglamento jurídico del Estado Ciudad del Vaticano. Queda abolida la cadena perpetua, se introducen nuevas figuras criminales relativas a delitos contra la humanidad y, sobre todo, se agravan las penas para los casos relacionados con abusos de menores y blanqueo de capitales.
El espíritu de la reforma decidida por Jorge Mario Bergoglio es el de adecuar el ordenamiento jurídico del Vaticano a la legislación internacional. La Santa Sede se rige por el Código Zanardelli, que entró en vigor en Italia en 1889 y en el Vaticano en 1929, y que —como se pudo comprobar en el reciente juicio a Paolo Gabriele, el mayordomo de Benedicto XVI condenado por el robo de documentos— presenta importantes lagunas. Según el Papa, "es necesario que la comunidad internacional adopte instrumentos jurídicos adecuados que permitan prevenir y combatir la delincuencia, favoreciendo la cooperación judicial internacional en materia penal".

 

La reforma del papa Francisco supone la continuación de la lucha contra la pederastia en el interior de la Iglesia que ya inició Benedicto XVI. El motu proprio incluye en la legislación vaticana el conjunto de delitos que pueden sufrir los menores: "Venta, prostitución, alistamiento y violencia sexual contra ellos, la pornografía infantil, posesión de material de pornografía infantil y actos sexuales con menores".
Estarán sujetos a las nuevas normas todos los funcionarios vaticanos y empleados de la curia, además del nuncio apostólico, el personal diplomático de la Santa Sede y todos los empleados de organismos e instituciones relacionados con el gobierno de la Iglesia.
La decisión del Papa se produce después de que, el pasado lunes, el Comité de los Derechos de la Infancia de la ONU urgiera por primera vez al Estado de la Ciudad del Vaticano a que diese explicaciones detalladas sobre los abusos sexuales y la violencia cometidos contra niños en el seno de Iglesia católica. El Vaticano tendrá que responder por escrito antes del próximo mes de noviembre a una serie de preguntas elaborados por expertos de la ONU.
Además de la supresión de la cadena perpetua, que se sustituye por penas de 30 a 35 años de prisión, la reforma de Jorge Mario Bergoglio reserva un epígrafe para los delitos de genocidio y apartheid en consonancia con lo dispuesto en el Estatuto de la Corte Penal Internacional de 1998. Además, la nueva legislación permite también a los tribunales de la Santa Sede juzgar "delitos cometidos contra la seguridad, los intereses fundamentales y el patrimonio de la Santa Sede".
"En nuestros tiempos", explica el Papa, "el bien común está cada vez más amenazado por la delincuencia organizada y transnacional, el uso inapropiado del mercado y de la economía, además de por el terrorismo".

El Papa clama en Lampedusa contra “la globalización de la indiferencia”

Francisco: "¿Quién de nosotros ha llorado por las jóvenes madres que llevaban a sus hijos sobre las barcas? Estamos anestesiados ante el dolor de los demás".

Miles de inmigrantes africanos y asiáticos irregulares llegan a la isla italiana todos los años

 
 

El Papa charla con inmigrantes en Lampedusa. / Reuters-LIVE! / Afp
 
En la cuesta empinada que va del puerto a la parroquia, una mujer joven se enjuga las lágrimas y le dice a su hija: “No lloré cuando te parí y estoy llorando ahora”. La visita del papa Francisco a Lampedusa, la pequeña isla del sur de Sicilia célebre por el desembarco continuo de inmigrantes, había sido preparada con esmero. Una corona de flores arrojada al mar de los naufragios. Un encuentro con inmigrantes africanos. El altar de la misa, una patera. La cruz y el cáliz, trozos de las barcazas azules que llegaron a la isla aquellas tres noches terribles de la primavera de 2011 y cuyos esqueletos continúan —cementerio de la memoria— junto al campo de fútbol. En vez de un lujoso coche oficial, un jeep pequeño, viejo y prestado. Lo único que la alcaldesa socialista y el párroco inquieto de esta isla de 5.000 habitantes no habían podido prever eran las palabras de Jorge Mario Bergoglio. Y fue por esa rendija por donde el Papa colocó sus golpes directos al corazón.
“¿Quién de nosotros ha llorado por la muerte de estos hermanos y hermanas, de todos aquellos que viajaban sobre las barcas, por las jóvenes madres que llevaban a sus hijos, por estos hombres que buscaban cualquier cosa para mantener a sus familias? Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia del llanto... La ilusión por lo insignificante, por lo provisional, nos lleva hacia la indiferencia hacia los otros, nos lleva a la globalización de la indiferencia”.

 

Hay demasiados curas que solo hablan de lo divino en sus sermones, asegurándose de no pisar los callos del poder ni molestar demasiado a sus feligreses, que no están las iglesias como para espantar al respetable. Pero este argentino vestido de blanco ha llegado al Vaticano con ganas de pelea. Decidió que su primer viaje oficial fuera a Lampedusa para vestir de coherencia su discurso sobre la necesidad de que la Iglesia salga de su ensimismamiento y busque las periferias del mundo. Y lo hizo tan ligero de equipaje que pidió a los políticos y a los altos prelados que se abstuvieran de hacer el paseíllo —con lo que a unos y a otros les gusta— y rebajó la seguridad hasta tal punto que quienes quisieron acercarse a él lo pudieron hacer y él los recibió con gusto. Sus dos folios escasos de sermón fueron dinamita pura.
“¿Quién es el responsable de la sangre de estos hermanos? Ninguno. Todos respondemos: yo no he sido, yo no tengo nada que ver, serán otros, pero yo no. Hoy nadie se siente responsable, hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna, hemos caído en el comportamiento hipócrita [..]. Miramos al hermano medio muerto al borde de la acera y tal vez pensamos: pobrecito, y continuamos nuestro camino, no es asunto nuestro, y así nos sentimos tranquilos. La cultura del bienestar, que nos lleva a pensar solo en nosotros mismos, nos convierte en insensibles al grito de los demás, nos hace vivir en pompas de jabón, que son bonitas, pero son inútiles, no son nada...”.
Si bien, después de apelar a las conciencias de cada uno, el papa Francisco quiso elevar el tiro. A la hora de elevar la plegaria a Dios, dijo: “Te pedimos ayuda para llorar por nuestra indiferencia, por la crueldad que hay en el mundo, en nosotros y en todos aquellos que desde el anonimato toman decisiones socioeconómicas que abren la vía a dramas como estos. Te pedimos perdón por aquellos que con sus decisiones a nivel mundial han creado situaciones que conducen a estos dramas”.
Desde hace años, las autoridades civiles y religiosas de Lampedusa reclaman atención sobre un drama que, de tan repetido, ya apenas merece unas líneas en los periódicos o unos minutos en la televisión. Solo cuando la situación es explosiva —aquellas noches de julio de 2011 donde miles de africanos desembarcaron en la isla— retorna la mirada hacia las cifras de espanto. Se calcula que en las últimas dos décadas más de 25.000 personas han perdido la vida en el Canal de Sicilia. De ellos, 2.700 durante 2011, coincidiendo con el conflicto de Libia. Ante la falta de reacción de las autoridades italianas y europeas, la alcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini, envió el pasado mes de febrero una carta a la Unión Europea en la que se preguntaba: “¿Cuán grande tiene que ser el cementerio de mi isla?”.
Desde el pasado mes de mayo, contaba la alcaldesa, “ya me han entregado 21 cadáveres de personas que se ahogaron intentando llegar a Lampedusa. Es algo insoportable para mí y un enorme peso de dolor para la isla. Ya no tenemos ni sitio para enterrarles. No logro entender cómo esta tragedia puede seguir siendo considerada algo normal”.
En parecidos términos se dirigió el párroco de Lampedusa, Stefano Nastasi, a Jorge Mario Bergoglio en cuanto fue elegido Papa, invitándolo a viajar a la isla, situada a 205 kilómetros de Sicilia y a solo 113 de las costas de África, para que conociera de cerca el drama.
Aquella carta, y la noticia de los últimos naufragios —inmigrantes que se agarran a las redes de las almadrabas, otros dejados a su suerte por capitanes sin escrúpulos— influyeron en la decisión del Papa de viajar hacia la última frontera de Europa, hacia “la periferia”, hacia la intersección dramática entre quienes tienen de todo —los turistas que llegan a la preciosa isla del Mediterráneo para pasar sus vacaciones— y quienes se echan al mar apostando lo único que tienen.