sábado, 6 de julio de 2013

Peligro en Egipto

 

El Ejército debe cesar la represión y fijar cuanto antes el calendario de regreso a la democracia

 

 
Egipto vive momentos peligrosos. El golpe de Estado que ha derrocado al presidente Mohamed Morsi abre un escenario muy difícil y, a juzgar por la jornada de ayer, sangriento. Encarrilar la situación hacia los cauces democráticos y evitar que el país se deslice hacia un abismo de violencia y caos exige, a las Fuerzas Armadas y los actores políticos, grandes dosis de inteligencia y cautela.
La hoja de ruta diseñada por los militares y apoyada por los opositores civiles ya está en marcha. Ayer mismo, el magistrado Adli Mansur, nuevo presidente interino, ordenó la disolución del Senado, suspendió la Constitución y se dispone a conformar un Gobierno de unidad nacional hasta la convocatoria de nuevas elecciones. Mientras, las fuerzas de seguridad no aclaran dónde se encuentran detenidos el presidente Morsi y varios dirigentes de los Hermanos Musulmanes, y reprimen con violencia sus protestas.
La complejidad de la situación explica la prudencia en las reacciones internacionales. Estamos ante un golpe atípico, pero la entrada en escena de las Fuerzas Armadas siempre es una mala noticia que hay que condenar. Morsi, que fue elegido en las urnas, tampoco respetó las reglas del juego democrático. El presidente islamista no ha sido derrocado únicamente por los militares, sino por una movilización popular que sobrepasó las protestas que acabaron hace dos años con el régimen de Hosni Mubarak. Millones de egipcios no han estado dispuestos a que se utilicen sus votos para destruir la democracia, como empezó a hacer Morsi con su pretensión de imponer un régimen autocrático de corte islamista.
Al contrario de lo ocurrido en 2011, cuando intentaron pilotar en solitario la transición, esta vez las Fuerzas Armadas han aglutinado el respaldo de la mayoría de las fuerzas de oposición (incluidos los salafistas, enredados en una lucha de poder con los Hermanos Musulmanes) y de las comunidades religiosas. Los militares han intentado apaciguar a Estados Unidos, la Unión Europea y varios países árabes garantizando que devolverán el testigo a los civiles.

 

Sus promesas serán más creíbles si fijan cuanto antes un calendario electoral y cesan la represión. Los Hermanos Musulmanes son una fuerza legítima, y no pueden ser excluidos del proceso. Las heridas están abiertas, pero hoy es más necesario que nunca apostar por la reconciliación. El desenlace de este nuevo capítulo en la vida política egipcia dependerá también de la implicación de Occidente, cuya apatía ha dejado hasta ahora vía libre a las maniobras de unas monarquías del Golfo dispuestas a secuestrar la primavera árabe.
Deponer a un mandatario elegido en las urnas es un pésimo precedente y supone un primer fracaso para la transición. Pero tampoco certifica la defunción del proceso. Pretender que seis décadas de dictadura se resuelvan, en un país con tantas carencias, con una transformación rápida y modélica estaba fuera de la realidad.

GOLPE DE ESTADO EN EGIPTO

Los islamistas de Egipto lanzan una nueva jornada de protestas

El viernes murieron 30 personas y 1.100 resultaron heridas

 

Los opositores de Morsi aclaman al Ejército cuando llega a la plaza de Tahrir a contener las protestas islamistas. / MOHAMED EL-SHAHED (AFP)
 
Envalentonados por la demostración de fuerza del viernes, en la que reunieron a decenas de miles de personas en las calles de El Cairo, paralizando la ciudad y enfrentándose a las fuerzas armadas, los partidarios islamistas del presidente depuesto Mohamed Morsi lanzaron este sábado una nueva jornada de concentraciones de protesta contra el golpe de Estado consumado el miércoles. Pidieron, como ayer, que las fuerzas armadas liberen a Morsi, a quien mantienen bajo arresto, junto a su núcleo más cercano de colaboradores, en el cuartel de la Guardia Republicana en la capital de Egipto. Las protestas comenzaron a primera hora de la tarde.
“Las masas volverán a salir a las calles con sus protestas cívicas y sentadas pacíficas en El Cairo hasta que el golpe militar sea anulado y el presidente legítimo reinstaurado”, dijo en un comunicado la Alianza Nacional de Defensa de la Legitimidad, una amalgama de 11 grupos islamistas creada para defender a Morsi. Tras una noche de violencia, El Cairo había amanecido este sábado en tensa calma. Los vehículos acorazados habían dejado libres de nuevo los accesos a la plaza de Tahrir, foco de las revueltas que en 2011 derrocaron el régimen de Hosni Mubarak, pero aún guardaban varios accesos a las zonas en las que han acampado los partidarios del anterior régimen.
El viernes dejó a 36 personas fallecidas y 1.100 heridas en todo el país, según un recuento gubernamental. Los principales incidentes violentos se produjeron en la capital, El Cairo, y en Alejandría, donde fallecieron 12 personas. En la icónica plaza de Tahrir se vivieron enfrentamientos entre partidarios de Morsi y sus opositores, protegidos por el Ejército. Hubo al menos dos muertos en las inmediaciones de la plaza, junto al puente 6 de octubre, adónde los islamistas habían acudido en marcha desde el edificio donde se encuentra la sede de la televisión estatal.
Mubarak, en la celda que se coloca en el juzgado para su juicio. / - (AFP)
Las fuerzas armadas, que controlan el país y respaldando al nuevo Gobierno interino elegido por ellas, han iniciado un lento e inexorable proceso de purga del poder islamista en el país. Morsi y sus colaboradores se hallan detenidos. La fiscalía ha anunciado que investiga al anterior Presidente por “insultar al poder judicial”. Anoche fue detenido Kariat el Shater, uno de los líderes de los Hermanos Musulmanes, que aspiraba a llegar la presidencia de la nación con el Partido Libertad y Justicia, en las primeras elecciones democráticas, de 2012, antes de que se candidatura quedara anulada por el Ejército. Morsi, entonces casi desconocido para el grueso del electorado, tomó el relevo.
Este sábado Mubarak reapareció, en el cuarto día de vistas orales de la repetición de su juicio por abuso de poder y complicidad en la muerte de manifestantes en la revuelta. Con sus sempiternas gafas de sol, tras una celda dentro del juzgado, el rais depuesto en las revueltas iniciales de la llamada primavera árabe vio como sus abogados declaraban su inocencia en una serie de alegatos televisados en directo.
El juicio inicial acabó en junio de 2012, con un fallo de culpabilidad y una condena a perpetua, que fue apelada con éxito. En las protestas de 2011 murieron unas 850 personas, según estimaciones gubernamentales. Entonces el Ejército tomó el poder durante 16 meses, hasta que se produjeron las primeras elecciones presidenciales que ahora él mismo ha invalidado.

Bolivia culpa ahora a España de retener el avión de Morales

 

La Paz convoca al embajador español junto a los de Francia, Italia y Portugal

Felipe González afirma que no es de recibo lo ocurrido con el 'extraño vuelo'

 

De izquierda a derecha, los presidentes Maduro, Fernández, Morales y Correa, en Cochabamba. / EFE
 
España no consigue zafarse del enredo diplomático provocado por la retención en Europa del avión oficial del presidente boliviano, Evo Morales, ante la sospecha de que viajaba a bordo el excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden.
El ministerio español de Exteriores respiró aliviado después de que, el miércoles por la tarde, la cancillería boliviana le dejase fuera de la lista de representantes diplomáticos a los que pensaba convocar para trasladarles su protesta: los embajadores de Francia e Italia y el cónsul de Portugal. Sin embargo, la ministra de Comunicación boliviana, Amanda Dávila, ha anunciado a Efe que también será llamado el embajador español en La Paz, Ángel Vázquez.

 

El anuncio se produjo pocas horas después de que la cumbre celebrada en Cochabamba (Bolivia) por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) volviera a meter a España en el saco de los responsables de humillar al presidente Morales. Los mandatarios de Argentina, Ecuador, Uruguay, Venezuela, Surinam y Bolivia exigieron a “Francia, Portugal, Italia y España que expliquen las razones de la decisión de impedir el sobrevuelo del avión presidencial de Bolivia por su espacio aéreo y que presenten las disculpas públicas correspondientes”. En términos muy duros, los presidentes suramericanos —con la ausencia de Chile, Perú y Colombia y con la presencia de una delegación brasileña de bajo nivel— denunciaron “la flagrante violación de los tratados internaciones” y adviertieron de que “el agravio sufrido por el presidente Morales ofende no solo al pueblo boliviano sino a todas nuestras naciones”.
El Gobierno español no daba crédito. “España no tiene que pedir ninguna disculpa, porque el espacio aéreo nunca ha estado cerrado y la escala inicial no se anuló nunca”, respondió el jefe de la diplomacia española, José Manuel García-Margallo, en TVE. La declaración de Unasur contrasta con la carta que, el pasado 2 de julio, dirigió el canciller boliviano David Choquehuanca, a su homólogo español, en la que le expresaba su agradecimiento “por la inmediata respuesta del Gobierno español al autorizar el sobrevuelo y aterrizaje” del avión oficial del presidente Morales; y consideraba este hecho “una demostración y confirmación del alto nivel de amistad que une a nuestros respectivos países”.
Ese mismo día, según la página web de su ministerio, Choquehuanca agradeció públicamente la actitud de España.
El giro de La Paz llevó a Margallo a desvelar el contenido de la conversación que mantuvo con su homólogo boliviano, en la noche del miércoles: “Me llamó para que intentase mediar con Francia e Italia para que abriesen el espacio aéreo. Yo le dije; necesito una garantía escrita, cosa que me envió y agradecí. Y él me dijo: si es necesario, estamos dispuestos a que se registre el avión. Pues yo te mando al embajador y hacéis lo que queráis, le contesté”.
Según el relato de Margallo, fue el canciller boliviano quien pidió la mediación de España después de que Francia e Italia (pero también Portugal) revocasen el permiso de sobrevuelo al avión de Morales, que regresaba de Moscú, lo que le obligó a desviarse a Viena, donde pasó 13 horas atrapado. Margallo condicionó su mediación a que se le garantizase por escrito que Snowden no iba a bordo, lo que Choquehuanca hizo. Y también habría accedido a que el avión fuese inspeccionado, lo que explica la conducta del embajador español en Viena.
Margallo asegura que el embajador acudió al aeropuerto a “buscar las condiciones para que se abriese el espacio aéreo francés y para acelerar la escala en Las Palmas”, pero nunca condicionó la autorización de la escala a un registro. Morales explicó, por su parte, que el diplomático le pidió que le invitase a tomar un café en el interior del avión para comprobar quién iba a bordo, a lo que él se negó de plano.
Exteriores atribuye el cambio de actitud de Bolivia a las presiones del presidente venezolano, Nicolas Maduro, quien llegó a calificar de “infame” al Gobierno de Mariano Rajoy.
La cuestión pendiente es si Snowden viajaba o no en el avión. Margallo asegura que la noticia de que iba dentro se basaba en “datos claros”, pero le bastó el desmentido de Choquehuanca para descartarla. Aun así reconoce que temió que, de pronto, Snowden bajase del avión en Canarias. Washington guarda silencio pero el miércoles pidió la extradición del ex espía a Bolivia y Venezuela.

Maduro ofrece “asilo humanitario”a Snowden en Venezuela

 

El discurso del presidente contra EE UU desbarata el plan diseñado por Caracas para acercarse a Washington

 

Nicolás Maduro. / MIGUEL GUTIERREZ (EFE)
 
A principios de semana, en dos ocasiones anteriores, el presidente Nicolás Maduro cortejó a Edward Snowden, pero a la tercera decidió revelar lo que realmente desea. En el marco de la parada militar con motivo del 202 aniversario de la firma del Acta de la Independencia venezolana, el jefe de Estado se saltó el protocolo. Mientras el oficial responsable del desfile –un batiburrillo en el que se exhibe el poder de fuego de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y a los trabajadores desarmados de las llamadas Misiones, los programas sociales creados por el Ejecutivo con ayuda de Cuba- daba el parte formal del acto, Maduro anunció que su gobierno daría “asilo humanitario” al joven informático que sigue varado como un paria en el aeropuerto internacional de Moscú. “Para protegerlo de la persecución que se ha desatado por parte del más poderoso imperio del mundo”, dijo.
Fue un discurso muy encendido hacia Estados Unidos, país al que dedicó calificativos que evocaron los epítetos más sonoros de la era bolivariana contra lo que han llamado imperialismo. “¿Quién viola la ley internacional? ¿Un joven que ha decidido decir la verdad del espionaje contra el mundo o un poder como el de las élites imperialistas que espían al mundo entero?”, se preguntó el jefe del Estado venezolano. Maduro coronó con una alusión a la guerra civil en Siria su crítica más feroz contra Washington desde que asumió el poder en abril, e hizo recordar al primer Hugo Chávez, ese que en 2001 criticó con firmeza la ofensiva militar sobre Afganistán tras el atentado terrorista del 11 de septiembre. “¿Y quién es el delincuente mundial?”, volvió a preguntarse el delfín del comandante, “¿un joven de 29 años que denuncia planes guerreristas o aquel gobierno que lanza bombas y arma a la oposición siria para derrocar al legítimo presidente Bachar El-Asad?”.
Durante su gira a Moscú y Bielorrusia el presidente había asegurado que Snowden “no había hecho nada malo” y calificó sus acciones “como un acto de rebeldía”. La demora del vuelo del presidente Evo Morales parece haber doblado su apuesta por posicionarse como el líder antiestadounidense de la región, un puesto que dejó vacante Chávez con su muerte, de la que hoy se cumplieron cuatro meses.
El discurso desbarata de momento el armónico plan que Caracas había diseñado al procurar un acercamiento con Washington tras el controvertido resultado de las elecciones del pasado 14 de abril. Maduro había nombrado incluso un nuevo encargado de negocios –Calixto Ortega- y bajado el tono antinorteamericano de su predecesor.
El líder opositor, Henrique Capriles Radonski, criticó la oferta de Maduro y relacionó el tema con un asunto de política doméstica. Para el gobernador del estado de Miranda, el presidente pretende tapar "que se robó las elecciones" y agregó que esa oferta "no le da legitimidad ni hace que la gente olvide el desastre económico, la inseguridad que crece y la escasez".
La pregunta que cabe hacerse ahora es qué tan seguro podría estar el ex espía de la NSA en Venezuela. Los precedentes no son muy auspiciosos. En 2005 y gracias a la complicidad de militares venezolanos, Colombia ingresó a territorio venezolano para capturar a alias Rodrigo Granda, el canciller de las FARC. En aquella oportunidad Caracas llamó a consultas a su embajador de Bogotá en lo que fue el inicio de la tensa relación que tuvieron Álvaro Uribe y Chávez.

GOLPE DE ESTADO EN EGIPTO

El masivo pulso de los islamistas dispara la tensión en Egipto

Mueren al menos 30 personas en enfrentamientos incluidos 5 manifestantes por disparos militares

El Ejército, en alerta tras la muerte de un soldado en Sinaí

Mansur disuelve el Parlamento y nombra a un nuevo jefe de inteligencia

 
 

Los partidarios de Mohamed Morsi se lanzaron ayer a las calles a expresar su ira por la deposición y arresto del primer presidente de la joven democracia de Egipto. Por la noche hubo fuertes enfrentamientos en la icónica plaza de Tahrir, donde murieron al menos dos personas. Tras el rezo de mediodía en diversas mezquitas, decenas de miles de personas marcharon hasta los cuarteles donde las fuerzas armadas retienen aislado a Morsi. El Ejército y la policía contuvieron su avance con botes de gas lacrimógeno y perdigones, y abrieron fuego de forma selectiva cuando las multitudes no se dispersaron. Al menos siete personas murieron en el Cairo, según varios testigos. Las autoridades estimaron los fallecidos en todo el país en 30, 12 de ellos en Alejandría.

 

Más de un millar de personas resultaron heridas, muchas de ellas por perdigonazos, otras por la asfixia provocada por los gases empleados. Por la noche los partidarios de Morsi marcharon hacia el edificio de la televisión estatal, cercano a la plaza Tahrir, foco de las revueltas de 2011. El Ejército pasó a proteger los accesos a ese punto, sobre todo desde el puente 6 de octubre, con vehículos acorazados y cortando diversas calles. Hubo fuertes enfrentamientos, en los que murieron al menos dos personas cerca de Tahrir.
Las fuerzas islamistas de Egipto, que lograron el poder el año pasado en las primeras elecciones libres del país, prometieron mantener la lucha y seguir en las calles hasta que el Ejército libere a Morsi y restaure el orden que había antes del golpe de Estado del miércoles. Las jornadas previas y posteriores a la intervención militar fueron festivas en El Cairo, con celebraciones y fuegos artificiales en la plaza de Tahrir. Ayer se posaron sobre la capital la tensión y la violencia. Cazas y helicópteros militares sobrevolaron la plaza constantemente por la tarde y por la noche.
El líder supremo de los Hermanos Musulmanes apareció este viernes en la mezquita de Raba al Adawiya, en cuyas inmediaciones han acampado miles de islamistas. “Nos quedaremos en nuestras plazas hasta que podamos liberar al presidente a hombros”, dijo Mohamed Badie a los congregados. “Daremos nuestras almas por Morsi”, añadió. Fuentes gubernamentales dijeron el jueves que las fuerzas armadas habían arrestado a Badie en una localidad costera, algo que él desmintió.
Las fuerzas de seguridad detuvieron anoche a Jairat el Shater, uno de los líderes de los Hermanos Musulmanes y que aspiraba a llegar la presidencia de la nación con el Partido Libertad y Justicia en las primeras elecciones democráticas, antes de que su candidatura quedara anulada por el Ejército. Morsi tomó entonces el relevo.
Además, la fiscalía ha liberado, tras dos días de detención, a dos líderes de ese movimiento islamista, Saad al Katatni, presidente del Partido Libertad y Justicia, la rama política de la hermandad, y Rashad Bayoumi, vicepresidente de la formación islámica.
“Somos hermanos, somos egipcios”, cantaban los partidarios del Presidente depuesto a los soldados a los que se encontraban en sus marchas. “Nosotros no estamos en contra de las Fuerzas Armadas. Nos oponemos a sus líderes, que son los que han dado el golpe de Estado”, gritaba Wael Shakouri, de 40 años. “¡Es el general [Abdel Fatah] Al Sisi el que ha traicionado a la patria y a la revolución!”, decía, en referencia al comandante en jefe del Ejército, quien le comunicó a la nación el golpe de Estado y la hoja de ruta militar, que pasa por la creación de un Ejecutivo transitorio y la convocatoria de elecciones presidenciales y legislativas.
Desde varios puntos de la ciudad, los partidarios de Morsi marcharon a los cuarteles en los que le custodian las fuerzas armadas. Los soldados lanzaron botes de gas lacrimógeno. Hubo quienes se resistieron a ser dispersados. “Seguid, avanzad, no os marchéis”, gritaban, las bocas tapadas con pañuelos, a la multitud en avalancha. Los soldados trataron de espantarles disparando al aire y con perdigonazos. Uno de los manifestantes fue alcanzado en la cabeza, cayendo fulminado al suelo a escasos metros de un grupo de periodistas. Otro fue herido en el cuello, y evacuado por una ambulancia. Un intenso olor a gas lacrimógeno se mantuvo en la zona durante parte de la tarde.
“¡Morsi o la muerte!”, gritaba Mohamed Saker, de 25 años. Quedaba patente que el golpe del miércoles ha ahondado unas divisiones ya de por sí profundas en la sociedad egipcia. Después de décadas de represión por parte del régimen de Hosni Mubarak, derrocado en 2011, los islamistas se sienten de nuevo acosados y perseguidos. “¡Califato! ¡Para imponer la sharia!”, exclamaba Saker.
Ayer el nuevo Presidente interino, Adli Mansur, disolvió la cámara alta del Parlamento, el Consejo de la Shura, dominado por los islamistas. Era el toque final del golpe orquestado por los militares tras la jornada de inmensas manifestaciones que paralizó el país el domingo, la jornada del aniversario de la investidura de Morsi, en la que salieron a las calles hasta 17 millones de personas, según estimaciones gubernamentales. Egipto había perdido así a su primer Ejecutivo democrático, la Constitución de corte islamista refrendada en las urnas en diciembre y, por fin, la única cámara operativa del Parlamento. Mansur está intentando formar un equipo de Gobierno transitorio, mientras el Ejército se encarga de garantizar la seguridad y estabilidad de la nación.
Los líderes de los Hermanos Musulmanes se encargaron ayer de dejar claro que esa estabilidad dista mucho de estar garantizada. Han prometido seguir manifestándose como un contrapeso iracundo a las grandes celebraciones de la plaza de Tahrir, que el viernes, por sexta noche consecutiva, bullía con miles de personas con espíritu festivo. “Han instaurado un Estado policial, han arrestado a líderes políticos, tratan de romper los partidos políticos”, dijo Mohamed Beltagy, secretario general del Partido Libertad y Justicia, brazo político de los Hermanos Musulmanes. “Cuando un grupo ve que no se respeta algo tan básico como las elecciones puede volverse fácilmente violento”.

El futuro de México se juega en las elecciones de Baja California

 

Las elecciones del domingo, precedidas de campañas de descalificaciones, serán decisivas para el PAN y el PRI, y podrían afectar el Pacto por México

 

Carteles electorales en Ensenada (Baja California, México). / Alejandro Zepeda (EFE)
 
El gobernador del Estado fronterizo de Baja California, José Guadalupe Osuna Millán, está acusado de malversar 1.350 millones de pesos, algo así como 103 millones de dólares. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha puesto una denuncia en su contra ante la máxima Fiscalía electoral de México. El mandatario, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), no se ha fugado ni mucho menos. Su caso es uno más, quizá el más visible, de los ataques sin límite que permearon la campaña electoral que concluye este domingo. México celebra elecciones regionales en 14 Estados y la de Baja California es la única en la que la gubernatura, que el PAN ha mantenido durante los últimos 25 años, está en juego.
Baja California, un Estado fronterizo con el extremo oeste de Estados Unidos, ha dejado una marca importante en la historia de la democracia en México. Aquí, en 1989, ocurrió lo nunca visto: el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que en 60 años no había perdido ni la presidencia del país ni una sola gubernatura, fue derrotado por el PAN, que desde entonces ha mantenido el poder.
Ahora el PRI, que recuperó la presidencia el año pasado y dos gubernaturas en manos de la oposición —Chiapas y Jalisco—, quiere continuar su triunfal regreso en Baja California. Pero el resultado en este Estado es, según los observadores, imposible de pronosticar. Los dos candidatos principales, el priista Fernando Castro Trenti y el panista Francisco Vega —también apoyado en esta elección por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática, PRD— se acercan al final de una cerrada contienda.
El resultado de esta elección no tiene solamente una lectura local. Aunque tiene personalidad propia, con sus afamados viñedos de Valle de Guadalupe, su pujante industria maquiladora, y la leyenda viva que es Tijuana misma, Baja California marcará el futuro inmediato de los dos partidos, el PRI y el PAN.
En el caso de los priistas, escribió esta semana Adela Navarro, directora del semanario Zeta, “se confirmaría el presidencialismo que ejerce con dedicación Enrique Peña [Nieto], al asumir que no perderá su primera elección. Para el PAN, retener la gubernatura de Baja California significa mucho más en términos ideológicos que prácticos: demostraría que su modelo de proyecto de gobierno no está vencido; permanecerían en el Estado icono de la democracia en México, y en el ámbito nacional les daría un empuje electoral que requieren después del descalabro de 2012”.
Analistas y dirigentes afirman que las preferencias están prácticamente empatadas. Además de recorrer los cinco municipios que conforman el Estado ubicado en la parte norte de la península del mismo nombre, los candidatos se enfrascaron en una guerra de lodo donde ambos han sido cuestionados por su patrimonio. Y aunque se le achaca más acumulación de propiedades en México y Estados Unidos a Vega que a Castro Trenti, fue el priista quien perdió más con el intercambio de acusaciones, pues a lo largo de la campaña vio evaporarse la ventaja inicial de dos dígitos que registraban algunas encuestas. Observadores locales atribuyen ese factor a que el PRI terminó haciendo del panista una víctima por la cantidad de ataques. Hace una semana, el semanario Zeta asentaba que la distancia entre ambos era mínima, apenas un 0,3% para Castro Trenti. El margen de error es de más o menos un 4%.
El PRI ha publicado anuncios donde sostiene que Vega se negó a debatir sobre los presuntos actos de corrupción —como una importante venta de terrenos públicos donde habría tenido ganancia personal, e incluso sobre su pública relación con la otrora poderosa líder del Sindicato de Maestros de México, la ahora detenida Elba Esther Gordillo. Panistas y perredistas acusan, por su parte, que “Castro Trenti Miente”, y exponen que el candidato priista fue obligado a retirar spots donde se realizaban “acusaciones falsas” a su contrincante.
Más allá de que el tono ha dejado claro que los miembros de la clase política mexicana están dispuestos a hacer cualquier acusación, la campaña ha desnudado que muchos de ellos son dueños de un abultado patrimonio en un país donde casi la mitad de la población vive en la pobreza.
Pese a ello, México estará pendiente de las elecciones en Baja California, porque así como en 1989 la derrota del PRI representó el golpe de legitimidad que le urgía al entonces mandatario Carlos Salinas de Gortari, electo el año anterior en un proceso plagado de irregularidades y calificado como fraudulento, en 2013 se inaugurará el talante que tendrá en lo electoral la presidencia del también priista Enrique Peña Nieto.
Si aquí el candidato de su partido pierde (y si en los otros 13 Estados los procesos son medianamente justos), para Peña Nieto será más fácil sostener su discurso en torno al “nuevo PRI”, con lo que el Pacto por México —una de las banderas de su Presidencia— saldría fortalecido de cara a las reformas energética y fiscal que ya tocan la puerta del Congreso. Pero tendría el inconveniente de que una importante corriente de su partido resentiría la derrota. Castro Trenti es pupilo del influyente Manlio Fabio Beltrones, un político priista todopoderoso hasta que Peña Nieto se quedó con el partido en 2011.
En cambio, un polémico triunfo del PRI en Baja California no solo abollaría la imagen del presidente, sino que fortalecería al líder del PAN, Gustavo Madero, enfrentado al interior de su partido con los seguidores del expresidente Felipe Calderón por su apoyo al mandatario priista. Sin ese socio, la agenda de reformas de Peña Nieto se tambaleará.
No por nada, Jesús Zambrano, presidente nacional del PRD, dijo el miércoles en esta ciudad que el proceso electoral del domingo “va a marcar el futuro inmediato del país”. Más que por los resultados, “por la calidad de las mismas”, explicó. Y lo dijo en medio de las acusaciones que han llegado a extremos inéditos, como denunciar ante la ley a un gobernador en funciones por un supuesto desvío multimillonario. El lodo como signo del futuro del país.