sábado, 29 de junio de 2013

La violencia política toma las calles de Egipto

Seis personas han muerto y varios centenares han resultado heridas en disturbios callejeros protagonizados por seguidores y detractores del Gobierno islamista

 

Opositores a Morsi queman los enseres de la sede de los Hermanos Musulmanes en Alejandría. / AFP
 
Decenas de miles de personas salieron el viernes a las calles y plazas de las principales ciudades de Egipto para expresar su apoyo o bien su rechazo hacia el presidente Mohamed Morsi. El país árabe vive días de alta tensión en vísperas del primer aniversario de la investidura del rais islamista, que puso fin al periodo de transición pilotado por la Junta Militar. Este domingo es la fecha marcada por la oposición para lanzar una nueva ola revolucionaria con el objetivo de forzar la dimisión de Morsi.
Una vez más, dos Egiptos con una visión radicalmente opuesta de su país vuelven a librar un pulso en la calle que amenaza con desencadenar un estallido de violencia, el enésimo en una turbulenta transición iniciada tras la caída de Hosni Mubarak en febrero del 2011. De hecho, la tensión ha ido en aumento durante toda la semana, sobre todo en las provincias del Delta del Nilo.
En concreto, los últimos días, han muerto seis personas y varios centenares han resultado heridas en disturbios callejeros protagonizados por seguidores y detractores de Morsi y su movimiento, los Hermanos Musulmanes. El viernes por la tarde, varias personas resultaron heridas en escaramuzas en Alejandría, donde decenas de manifestantes asaltaron e incendiaron una sede de la cofradía. En esta ciudad, un ciudadano estadounidense de 21 años fue apuñalado hasta la muerte durante las protestas, según informaron fuentes médicas y policiales a la agencia Reuters; el joven fue asaltado por la turba mientras tomaba imágenes de las protestas con la cámara de su móvil. La otra víctima mortal registrada este viernes en la ciudad mediterránea fue un ciudadano egipcio partidario del presidente Morsi.
El Departamento de Estado norteamericano anunció hoy la salida de Egipto de parte de su personal diplomático y consular y sus familias, "por los problemas políticos y sociales que están teniendo lugar" en el país. Asimismo, pidió a sus ciudadanos que aplacen los viajes "no esenciales" a Egipto.
En El Cairo, los islamistas se han congregado frente a la mezquita de Rabá al Audawiya. Como ya hicieron la semana pasada en este mismo escenario, la multitudinaria manifestación representa una nueva demostración de fuerza y de la capacidad de movilización de la Hermandad, pues muchos de los asistentes han venido de fuera de la capital.
Washington retira a parte de su personal diplomático y pide a los ciudadanos que aplacen los viajes "no esenciales"
Entre canciones patrióticas y fotos de sus mártires, carteles que apelan a la legitimidad democrática del presidente, definida como “una línea roja”. “Tenemos una Constitución, y un presidente electo en las urnas. La oposición debe atenerse a las normas democráticas y esperar tres años si quiere cambiar de presidente”, sostiene Hamza Zawba, un alto responsable del Partido de la Libertad y la Justicia, el brazo político de la Hermandad.
La mítica Plaza Tahrir es el punto de encuentro del otro Egipto, mayoritariamente laico y hastiado por los intentos de la Hermandad de controlar todos los resortes de poder del Estado. El viernes son menos que sus adversarios, pero para ellos esto es sólo un calentamiento antes del día 30. La movilización la ha liderado Tamarrud, un grupo de jóvenes revolucionarios que asegura haber recogido más de 15 millones de firmas en favor de “retirar la confianza a Morsi” y de forzar la celebración de elecciones anticipadas.
Tamarrud ha contado con el apoyo de los principales partidos laicos, como el Dustur de Mohamed al Baradei, y de organizaciones revolucionarias ya consolidadas, como el Movimiento del 6 de Abril. Agrupados bajo la plataforma del “30 de junio”, el jueves presentaron su hoja de ruta, que pasa por volver a situar la transición egipcia a su casilla de salida: formación de un gobierno interino de tecnócratas, disolución del Senado, controlado por los islamistas, y formación de un comité de sabios que redacte una nueva Constitución antes de la celebración de elecciones.
La determinación de la oposición aumentó el miércoles, después del mensaje de casi tres horas que el presidente Morsi lanzó a la nación. Si bien reconoció “haber cometido errores”, el presidente mostró una actitud desafiante, destinada a movilizar a sus bases. “Asumí la responsabilidad en un país sumido en la corrupción, y me he enfrentado a una guerra para hacerme fracasar”, dijo el rais, que intentó deslegitimar a sus adversarios vinculándolos al régimen de Mubarak.
Ante la creciente hostilidad que se dispensan ambos bandos, las principales instituciones independientes del país han hecho sonar las señales de alarma. La Universidad de Al-Azhar, la principal institución del Islam suní en la región, llamó a la moderación ante el riesgo que “el país se deslice hacia una guerra civil”. Igualmente, a principios de semana, el ministro de Defensa, Abdelfattah al-Sissi, instó a los políticos a alcanzar un acuerdo, y advirtió que el ejército no se quedará de brazos cruzados si la nación cae “en un oscuro túnel de conflicto”.
Según los analistas, las Fuerzas Armadas y Estados Unidos pueden desempeñar un rol decisivo en caso de una escalada del conflicto político. En anteriores protestas, ambos actores han apuntalado la legitimidad del rais. Sin embargo, tras sus intentos infructuosos de mediar entre las partes durante los últimos días, algunas filtraciones en la prensa local apuntan a un viraje en sus posiciones.

Maduro intenta mantener el poder político del petróleo de Venezuela

Este sábado, los 18 países miembros de Petrocaribe debatirán en Managua la implementación de la zona económica especial propuesta por Venezuela en mayo pasado

 

El presidente de Venezuela y su homólogo haitiano, este martes. / J. J. A. (EFE)
 
Las viejas y las nuevas promesas de Venezuela serán el eje de la VIII cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de Petrocaribe que este sábado se reúnen en Managua, Nicaragua. En la reunión más reciente del bloque, realizada en mayo pasado en Caracas, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, propuso el establecimiento de una zona económica especial entre los 18 países que conforman el bloque, y se comprometió a mantener el suministro de petróleo a precios preferenciales a sus socios, aún a pesar de la crisis económica que atraviesa Venezuela. Además de discutir la viabilidad del nuevo plan, algunos miembros, como Jamaica, pedirán cuentas sobre acuerdos firmados en años anteriores, como el que estipula la refacción de antiguas refinerías de crudo, que aún no han comenzado a ejecutarse.
Petrocaribe fue uno de los planes de integración regional dilectos del difunto presidente venezolano Hugo Chávez. El bloque fue fundado en 2005 con la idea de proveer petróleo venezolano a sus socios, bajo condiciones especiales de financiamiento. Gracias a este esquema, los miembros de Petrocaribe tienen la posibilidad de pagar por cuotas y a muy bajo interés los suministros de crudo que reciben: el 40% de las facturas debe pagarse en 90 días, en efectivo o en mercancías que ayudan a suplir las necesidades de importación de Venezuela, como frijoles, carne o azúcar; y el resto de la deuda puede ser cancelada entre 17 y 25 años, con dos de gracia, y al 1% de interés, en caso de que el precio del barril supere los 40 dólares.
Desde 2005, Venezuela ha enviado unos 232 millones de barriles de petróleo a los miembros de Petrocaribe y éstos acumulado una deuda con Caracas que supera los 20.000 millones de dólares, según cifras del Banco Central de Venezuela. República Dominicana es uno de los países que acumula más facturas, por el orden de los 3.000 millones de dólares. Además de Venezuela, participan de esta alianza Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y Surinam.
Más del 80% de los productos que consume Venezuela son importados y es allí donde varios países del Caribe han visto una oportunidad. Solo en 2012, las importaciones venezolanas de alimentos aumentaron en 58% y superaron los 8.000 millones de dólares, de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, mientras la producción local disminuyó en igual proporción. Entre los socios de Petrocaribe, Guyana, por ejemplo, paga los 5.200 barriles de petróleo que recibe al año con el envío de medio millón de toneladas de arroz. Y el plan es que los envíos de abarrotes aumenten con el establecimiento de la zona económica especial. “La ampliación a una zona económica es un salto superior. El principio de integración latinoamericana va a incorporar el pago con productos, debido a que Venezuela no produce lo que come”, ha dicho, a propósito de la cumbre de Managua, el presidente de la comisión de relaciones exteriores del Parlamento de Nicaragua, Jacinto Suárez.
Pero Caracas enfrenta una grave crisis de liquidez y ya no está en capacidad de pagarlo todo. Los ingresos por concepto de exportaciones petroleras, que financian más del 60% del presupuesto venezolano, han disminuido por causa de la caída de la producción y del endeudamiento de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). La cesta venezolana también se ha ido depreciando paulatinamente: esta semana cerró con un precio promedio de 98,99 dólares por barril, 2,8 dólares menos que la semana pasada; en 2012, en cambio, el precio promedio por barril fue de 103,42 dólares.
Para prever un posible cese de abastecimiento de petróleo por parte de Venezuela, algunos de los países caribeños que asistirán este sábado a la cumbre, como Barbados, Jamaica y Bahamas, ya han comenzado a diversificar sus fuentes de energía y a explorar nuevos yacimientos de petróleo en alta mar. Para ello cuentan con el interés de Estados Unidos y China en el desarrollo de nuevas fuentes energéticas en la zona. “No hay un grupo de naciones mejor situadas que las naciones del Caribe para aprovechar las posibilidades de las energías renovables. Sabemos que muchas naciones caribeñas pagan tres veces más por la energía que nosotros. Estados Unidos y otros países estamos trabajando en esto, buscando inversiones y conexiones regionales”, dijo el vicepresidente de Estados Unidos, Jon Biden, cuando visitó Trinidad y Tobago a fines de mayo para firmar nuevos acuerdos con los países de la Comunidad del Caribe (Caricom). En la misma semana, el presidente chino, Xi Jinping, visitó también Puerto España para acordar nuevas inversiones en la producción trinitaria de gas y petróleo.
En vida, el presidente Chávez prometió construir obras –complejos industriales, refinerías, escuelas—en casi cada uno de los países miembros de Petrocaribe y en la cumbre de este sábado, Venezuela también deberá responder por esas cuentas. El Gobierno de Jamaica, por ejemplo, tiene el propósito de lograr un compromiso “firme” de Caracas para la modernización y ampliación de la refinería de Petrojam, a la que se comprometió en 2006. “Hemos estado hablando mucho tiempo acerca de la actualización de esta refinería, que ha estado produciendo para nosotros por cerca de 40 años. Ahora estamos en un camino más firme, sobre todo porque el nuevo presidente de Venezuela ha asumido sus funciones, para seguir adelante con algunas de las cosas que no se hicieron en los últimos cinco años, incluyendo la expansión y modernización de la refinería”, ha dicho a la prensa local el ministro jamaiquino de energía y minas, Phillip Paulwell. Por asuntos pendientes como éste y por las nuevas condiciones económicas de Venezuela, esta podría convertirse en una cumbre con vista al abismo.

Capriles responsabiliza a Maduro de un ataque en su contra

El excandidato presidencial denunció haber sido atacado el jueves con disparos y pedradas durante una asamblea popular que se realizaba en el interior del país

 

Maduro, este martes en Puerto Príncipe (Haití). / Jean Jacques Augustin (EFE)
 
El excandidato a la presidencia de Venezuela, Henrique Capriles, ha responsabilizado al presidente venezolano Nicolás Maduro de un ataque con disparos y pedradas del que fueron víctimas, este jueves, él y miembros de su equipo, durante un acto político que se desarrollaba en la ciudad de Maracay, a unos 100 kilómetros de Caracas. Tras el episodio, no hubo registro de personas heridas, pero sí de daños materiales contra la caravana del excandidato.
“Ayer, en horas de la tarde, a la misma ahora en que entró una cadena, nosotros estábamos siendo atacados en la ciudad de Maracay, en una asamblea popular, con tiros, palos y piedras”, dijo Capriles este viernes, durante un acto de conmemoración del día del periodista, que se celebra cada 27 de junio en Venezuela. “Si el carro donde yo me desplazaba no hubiera sido un carro blindado, ¿qué hubiese pasado? ¿Y qué pasaría si nosotros decidimos hacer lo mismo con los actos de Maduro? Dejo esa reflexión allí, porque nosotros queremos evitar una situación de violencia”, agregó el también gobernador del Estado capitalino de Miranda.
De acuerdo a la versión del equipo que acompañaba a Capriles, un grupo de motorizados identificados con las insignias del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) intentó impedir que se llevara a cabo la asamblea popular convocada por la oposición en la ciudad de Maracay. Luego, arremetieron contra los asistentes y contra la caravana que transportaba el excandidato. Mientras esto ocurría, todas las emisoras de radio y televisión del país estaban “encadenadas” en la transmisión obligatoria de un mensaje de la presidencia.
La primera noticia de lo ocurrido el jueves la dio el propio Capriles a través de la red social Twitter. “Fuimos atacados en Asamblea en Maracay, estamos bien, me informan de algunas personas heridas, destrozos en vehículos”, escribió el gobernador en su cuenta @hcapriles, sin ofrecer mayores detalles. En un siguiente mensaje, agregó: “Cualquier cosa que nos ocurra reiteramos que hacemos responsable a Nicolás Maduro”.
Capriles describió esta nueva agresión como la peor de las que ha sido objeto desde que está al frente de la oposición venezolana, que lo eligió como candidato único para enfrentar a Hugo Chávez en las presidenciales de octubre de 2012 y para medirse luego contra Nicolás Maduro, en los comicios convocados el 14 de abril tras la muerte de Chávez. “En todos los meses de campaña, en los dos procesos electorales, no nos tocó nunca una situación como la de ayer. (…) Lo que es más preocupante es que estas cosas pasen y la autocensura o la censura evite que las personas sean informadas y orientar el pueblo a la paz”, señaló el gobernador, refiriéndose a la poca difusión que tuvo la noticia entre los medios locales.

Con Mandela como ejemplo, Obama pide el levantamiento de África

El presidente de EE UU predica la esperanza en la región y reivindica el "mensaje eterno" del líder surafricano

 

Obama junto a la ministra sudafricana de Relaciones Exteriores. / K. L. (EFE)
 
Barack Obama llegó el viernes a Suráfrica con la vida de Nelson Mandela pendiendo de un hilo y abrumado por una enorme carga simbólica en la que el ejemplo del inmortal héroe de los derechos humanos, la responsabilidad del primer presidente negro de Estados Unidos y el presente y el futuro de África, un continente dramático y espléndido, se funden en un guión escrito para la historia.
Aún no se sabe si Mandela tendrá fuerzas para recibir a Obama. “Yo no necesito una foto”, dijo el presidente, “veremos cómo evoluciona la situación. Lo último que pretendo es ser una molestia cuando la familia está pendiente de su condición”. Aunque ambos se encontraron en 2005, cuando Obama apenas había cumplido unas pocas semanas como senador, su encuentro ahora, convertido ya en el mayor icono afroamericano desde Martin Luther King, significaría, entre otras muchas cosas, la victoria de la raza peor tratada en la historia de la Humanidad. Si casi cualquier persona decente de este mundo debe de estar agradecida a la lucha de Mandela, qué se puede decir de un hombre humilde, el hijo de un africano, que, sorteando todos los obstáculos imaginables, accedió al cargo más relevante de la Tierra. Sin apenas conocerse, Obama es producto de Mandela, su descendiente y alumno.
Nada puede Obama aportar a la obra de Mandela más que repetirla y expandirla
Nada puede Obama aportar a la obra de Mandela más que repetirla y expandirla. Así hizo el viernes. “El mensaje de Mandela será eterno”, declaró, “porque está extraído de las elecciones que dio con su vida, una de las cuales es que, si África como continente puede actuar junto, si sus países están unidos, si se resisten a ser divididos por tribus, razas o religiones, entonces el levantamiento de África continuará”.
Es obvio que el presidente de Estados Unidos tiene en muchos otros lugares del mundo mayores intereses que defender que en África. Pero es dudoso que Barack Obama pueda tener en algún otro lugar más compromiso personal y más impacto que en África. No es ese un continente fácil, desde luego. Desde que está en el cargo, el presidente no ha podido visitar aún el país de su padre, Kenia. Muchas carencias de índole económico y político mantienen a África postrada y dan argumentos a quienes no creen en su despegue.
Es dudoso que Barack Obama pueda tener en algún otro lugar más compromiso personal y más impacto que en África
Pero Obama está obligado en este viaje a predicar la esperanza y a dejar su visión. “Todo lo que hacemos”, explicó, “está diseñado para asegurarnos de que dejemos de ver a África como un continente dependiente, como un caso de caridad, y empecemos a verlo como un socio, que en lugar de estar crónicamente necesitando ayuda, empieza a reclamar comercio, que empieza a alimentarse a sí mismo, que empieza a producir sus propios bienes. Eso es lo que África quiere”.
Las palabras de Obama no se corresponden con la política de su país. África, no solo está en la última fila de los intercambios comerciales de Estados Unidos, sino que, en los últimos años, ha tenido que buscar alianzas más rentables en otras latitudes. China, India, Brasil, entre otros, han comenzado a ocupar los espacios que EE UU ha ido dejando.
Obama entiende que el interés de esos países “no es necesariamente una mala noticia”. Al contrario, sostuvo, debería de ser al prueba de que África tiene un futuro luminoso. “Debería de ser”, añadió, “una señal de que existe allí una gran oportunidad, que EE UU no debería dejar pasar por estar anclados en viejos estereotipos sobre ese continente”.
 
El éxito de África depende, según lo expresó el presidente norteamericano de tres condiciones: democracia, transparencia y responsabilidad. El éxito depende, según él, “de que las empresas se sientan confiadas en que habrá transiciones pacíficas del poder político, de que se persiga la corrupción, de que se respete la ley, de que se respete la propiedad privada y de que los Gobiernos no sean salvajemente ideológicos”.
El papel de Obama en África sería más sencillo si su propia presidencia fuese más exitosa o más consecuente, o si los medios de comunicación se tomasen tanto interés como cuando viaja a Europa o Asia. Pero, aún así, esta es una gran ocasión para que la antorcha de Mandela no quede sin dueño. El legado de Mandela es demasiado pesado para que lo cargue una sola persona. Pero nadie está en mejor posición que Obama entre el grupo de herederos.

El proyecto de Bachelet es una suerte de capitalismo con rostro humano”

El columnista chileno Carlos Peña analiza el cuadro político del país sudamericano que este domingo celebra sus primeras primarias presidenciales legales

 

Carlos Peña, analista chileno. / LA TERCERA
 
Carlos Peña (1959), abogado, doctor en Filosofía y rector de la Universidad Diego Portales, es uno de los más agudos líderes de opinión en Chile. Las columnas que escribe los domingos en el periódico El Mercurio son de lectura obligada para la clase política y todos los interesados en los asuntos públicos. Desde esa tribuna ha descrito los cambios que ha vivido Chile en los últimos años, después de las revueltas estudiantiles de 2011, y el cuadro político del país sudamericano donde este domingo tanto la derecha como el centroizquierda definirán a través de primarias a sus respectivos candidatos presidenciales con miras a las elecciones de noviembre. “Se trata, con todo, de una práctica que le hace bien a la democracia especialmente si se admite la participación de independientes”, señala el analista.
Pregunta. ¿Cuánto cambió Chile en los últimos tres años?
Respuesta. No es posible comprender los últimos tres años de la sociedad chilena –el malestar y el desasosiego- sin tener en cuenta los cambios que ella experimentó en los últimos veinte. La educación se expandió (la expectativa de escolaridad es hoy de 15.6 años); la educación superior se acerca hoy al 50% de cobertura, la mayor parte de la matrícula superior se compone de hijos de quienes nunca asistieron a ese nivel educacional; la vivienda propia es una realidad para más del 75% de los chilenos; y el consumo borra los signos externos del estatus. En suma, los chilenos son hoy más prósperos que nunca antes.
P. ¿Por qué entonces el desasosiego?
R. Lo que ocurre, en mi opinión, y esto es lo que se ha manifestado en los últimos tres años, es que esos cambios materiales produjeron profundos cambios culturales y subjetivos, en particular, un incremento de las expectativas y el deseo que las ideas que legitiman a la modernización capitalista –la igualdad de oportunidades y la meritocracia- efectivamente se realicen.
P. ¿Chile vive un cambio de ciclo?
R. Sin duda; pero no un abandono del proyecto de modernización capitalista en el que ha estado embarcado los últimos veinte años. Hay más bien un cambio en la subjetividad con que se vive el proceso de modernización –las expectativas que se dirigen a él- pero no un proyecto de modernización alternativo. Los partidos y sus dirigentes se están acomodando a esa nueva subjetividad que no fueron capaces, ni siquiera por un momento, de anticipar.
P. ¿Los estudiantes y la movilización de 2011 removieron el tablero político chileno?
R. Más que remover el tablero político, mostraron la precariedad de la representación parlamentaria en un doble sentido: intelectual puesto que los parlamentarios no fueron capaces de dialogar racionalmente con los jóvenes o manifestarles aquello en que se equivocaban (en vez de eso, simplemente los halagaron o se sumaron a sus demandas); e institucional puesto que el sistema mostró que no es capaz de acoger una representación más fidedigna de los intereses sociales, racionalizarlos a tiempo y conducirlos. Pero la correlación de fuerzas políticas se mantendrá más o menos como ha ocurrido en los últimos veinte años.
P. ¿Los jóvenes han conseguido avances relevantes en materia educativa?
R. Desde luego, y el más importante, han situado el tema en la agenda pública y hoy es un asunto ante el que todos deben pronunciarse.
P. Los principales líderes estudiantiles, como Camila Vallejo, buscan escaños en el Parlamento. ¿Qué le parece que ingresen al establishment político?
R. Me parece muy bien. Es un signo que los jóvenes valoran la democracia y las instituciones y principian a descreer que la movilización social pueda, además de ser un gesto de presión y de denuncia, ayudar a la deliberación pública.
P. ¿Observa similitudes entre las protestas chilenas de 2011 y el malestar social de Brasil?
R. ¡Tanto en Brasil y Chile no se vive una revuelta anticapitalista, sino al revés: esa gente se ha tomado en serio al capitalismo y sus promesas de bienestar creciente e igualdad de oportunidades!
P. Entonces, ¿el modelo de mercado no está en crisis en Chile?
R. No, en absoluto. Ninguna de las fuerzas políticas hoy día en competencia, ni las de derecha o de la izquierda, desafían, ni siquiera retóricamente, al modelo de mercado o al proyecto de modernización capitalista con la sola excepción del candidato humanista Marcel Claude, cuyas posibilidades electorales son casi inexistentes.
P. ¿Y el proyecto de la expresidente Michelle Bachelet, favorita para ganar las primarias de este domingo y las elecciones de noviembre?
R. Michelle Bachelet, quien probablemente ganará la presidencial, ha presentado un proyecto reformista, una suerte de capitalismo con rostro humano, pero ningún proyecto radical de cambio. Lo que ella sugiere es sacar del mecanismo exclusivamente de mercado a ciertos bienes (como las pensiones o la educación) de manera de construir, en base a una reforma tributaria moderada, una sociedad de prestaciones garantizadas e iguales en esos ámbitos. Si bien en la fase de elecciones primarias se le ha envuelto en una retórica más radical, es estrictamente un proyecto socialdemócrata. Y no es raro que todo esto sea así, los intelectuales más radicales han elaborado quejas morales contra la modernización capitalista; pero no han compuesto ninguna oferta alternativa. Y es que –como dice Zizek- hoy día es más fácil imaginar que acabe el mundo a que termine el capitalismo.
P. ¿No cree que ella se haya izquierdizado?
R. La expresidenta Bachelet posee un programa reformista, perfectamente socialdemócrata; pero, usted tiene razón, hay la imagen que se ha izquierdizado. Es posible que esa imagen se deba –paradójicamente- más a sus silencios que a sus palabras. Lo que ocurre es que cuando una líder carismática (y ella lo es en alta medida) guarda silencio o se dedica a escuchar o es ambigua, la gente empieza inevitablemente a proyectar en ella todos sus anhelos y sueños sin ninguna contención. Una líder carismática en silencio o que emite pronunciamientos demasiado genéricos o ambiguos, es un papel en blanco donde la ciudadanía empieza a escribir cualquier cosa desde el fin del mercado a la creación ex nihilo de una nueva constitución. Algo de eso parece estarle ocurriendo a la ex Presidenta Bachelet. Ella debiera recordar que no hay mayor peligro para un político que alcanza el poder, que la gente crea más en sus silencios que en sus palabras: las expectativas son entonces infinitas.
P. ¿Ve algún paralelo con la Presidenta de Brasil?
R. Es probable que a ese respecto haya paralelos de importancia con la Presidenta de Brasil. Ambas mujeres, de izquierda, carismáticas, en las que la gente proyecta su anhelos y las expectativas que la propia modernización ha desatado. Y ambas presas de un dilema complicado. Saben que no hay otro camino que la modernización capitalista; pero no se atreven a decirlo. El resultado es que navegaran en un reformismo con retórica anticapitalista.
P. Bachelet ha basado su campaña en la configuración de una nueva mayoría que incluya a los comunistas. ¿Es el principio del fin de la alianza entre el centro y la izquierda moderada que permitió sacar a Pinochet y el retorno a la democracia?
R. No lo creo. Y eso por varias razones. Desde luego, la más vieja lección de la historia política de Chile durante el siglo XX y lo que va del XXI es que para gobernar y ganar elecciones hay que contar con la adhesión del centro. Y salvo que la izquierda no quiera ganarlas más, va a seguir aliada a la Democracia Cristiana y siendo una izquierda, como usted dice, moderada. Hay una razón adicional: la presencia del Partido Comunista garantiza moderación en vez de perjudicarla. En la historia política de Chile ese partido ha tenido un comportamiento moderado e institucional. Y no hay razones para pensar que esta es la excepción.
P. ¿Qué está en juego para la derecha chilena en estas primarias considerando que sus dos precandidatos tienen escasas opciones de llegar a La Moneda?
R. La derecha a estas alturas no tiene sueños presidenciales plausibles, tiene desafíos puramente pragmáticos. El principal de todos es alcanzar una mayoría suficiente que le permita tener capacidad para negociar parte de las reformas que parecen haber ganado la adhesión de la ciudadanía. Y está bien que algo así ocurra. Así como no se ganan elecciones sin el centro, no se puede alcanzar la estabilidad de un programa de reformas en el largo plazo sin contar con la convergencia estratégica de la derecha. Pero no hay dudas que algo así se alcanzará.
P. ¿Cómo califica la gestión del Presidente Sebastián Piñera a menos de un año del término de su Administración?
R. Piñera ha sido un mal presidente si se lo juzga por la adhesión que ha alcanzado, la manera en que ha manejado los ritos del estado, el entusiasmo que despierta o la forma en que ha promovido las ideas de su sector. Sin embargo, ha hecho un gobierno que, si se atiende a los resultados, está por sobre la media. En suma, un gobierno razonable, en manos de un presidente sin talento para la política. No ha habido cambios estructurales, es cierto; pero él nunca prometió algo así. Se trata (y este es el rasero por el que hay que juzgarlo) de un gobierno de derecha. Si no se le piden peras al olmo, su gobierno ha sido razonable.
P. Este año se conmemora el 40 aniversario del golpe de Estado de 1973. ¿La fecha sigue generando división en Chile?
R. Por supuesto. Me parece a mí que esa división se expresa de tres formas, cada una de las cuales posee una intensidad distinta. En primer lugar, se encuentra la actitud de condena o de desaprobación de la violencia que, como consecuencia del golpe, se realizó en contra de un sector por motivos políticos: hoy son cada vez menos quienes defienden a los violadores de derechos humanos o elaboran teorías y tesis tendientes a la impunidad. En segundo lugar, se halla el proyecto de modernización que principió en esos años, la modernización capitalista: incluso con remilgos y condenas meramente retóricas, lo apoyan en los hechos y en sus programas casi todas las fuerzas políticas. Y en tercer lugar, el andamiaje institucional que, originado en esos años, todavía persiste. Quizá este sea el aspecto en el que, en los próximos años, se expresará la división que todavía causa entre los chilenos el once de septiembre. Así lo indica el debate que ya se ha iniciado sobre el cambio constitucional donde se cita –como ejemplo de lo que debiera hacerse- la constituyente española que dio origen a la carta del 78.

Merkel: “No podemos ofrecer un puesto de trabajo a todos los jóvenes españoles”

La canciller afirma que no quiere alimentar falsas expectativas que deriven en decepción entre los ciudadanos

 

Conferencia de prensa de Merkel tras el Consejo europeo. / JOHN THYS (AFP)
 
Los casi 2.000 millones que España va a recibir para luchar contra el paro juvenil son una buena noticia, pero no van a arreglar por sí solos uno de los mayores problemas del país: que el 55% de los menores de 30 años no tenga empleo. Esta idea la han repetido en los últimos días altos cargos de las instituciones europeas y hoy la han repetido varios líderes tras la reunión que han tenido los Veintisiete ayer y hoy.
Una de las más claras fue la canciller Angela Merkel, que dijo no querer alimentar falsas expectativas que deriven en decepción entre los ciudadanos. En España hay aproximadamente un millón de jóvenes desempleados. No es tan fácil poder decir que en breve podremos ofrecer a cada uno un puesto de trabajo”, dijo la jefa de Gobierno alemán tras la que será su última cumbre antes de las elecciones de septiembre en las que se decidirá si sigue siendo canciller o no.
Merkel hablaba de la garantía juvenil, la medida respaldada por los líderes europeos que pretende asegurar a cualquier europeo menor de 25 años que no pasarán más de cuatro meses desde que pierde su puesto de trabajo hasta que le ofrezcan otro o una formación profesional. El Consejo celebrado ayer y hoy en Bruselas respalda que los 6.000 millones para esta medida se gasten a lo largo de los dos próximos años, en lugar de estirarlos durante el periodo 2014-2020, como estaba planeado en un principio.
Como ya hizo ayer, la líder alemana aprovechó su comparecencia ante los periodistas para vender la reunión patrocinada por ella del próximo 3 de julio en Berlín. En este encuentro participarán los ministros de Empleo de la UE y los jefes de las agencias de empleo para discutir las mejores formas de gastar el dinero para impulsar el empleo juvenil y para intercambiar información sobre las experiencias más exitosas en este terreno.
Otra de las iniciativas que planteó la canciller es combinar las medidas de financiación a las pequeñas y medianas empresas que preparan el Banco Europeo de Inversiones y la Comisión Europea para crear empleo. Como ejemplo de funcionamiento, señaló el acuerdo firmado por Alemania con España y Portugal para facilitar la inversión privada en las pymes. “Tenemos que ser muy creativos”, concedió la canciller.

viernes, 28 de junio de 2013

Detenido un prelado en una investigación sobre el banco vaticano

La Fiscalía de Roma también arresta a un exfuncionario de los servicios secretos y un broker

 

 
Solo dos días después de que el papa Francisco creara una comisión de investigación sobre el banco del Vaticano, la fiscalía de Roma ha ordenado la detención de un prelado de Salerno, monseñor Nuncio Scarano, al carabiniere Giovanni Maria Zito –ex funcionario de los servicios secretos italianos—y al bróker Giovanni Carinzo acusados de corrupción y estafa en un asunto relacionado precisamente con el Instituto para las Obras de Religión (IOR).
Las detenciones, que han sido practicadas por la Guardia de Finanza —la policía fiscal italiana—, se producen dos semanas después de que monseñor Scarano fuese investigado por un presunto delito de blanqueo de capitales, tras lo cual ayer mismo fue suspendido de su cargo responsable del servicio de contabilidad de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), el ente que gestiona el inmenso capital inmobiliario del Vaticano.

 

El diario La Repubblica informa de que la investigación de la Fiscalía habría destapado un acuerdo entre Scarano y Zito para repatriar desde Suiza 20 millones de euros en efectivo pertenecientes a amigos del prelado con un jet privado.
El miércoles, Jorge Mario Bergoglio ordenó la creación de una comisión para investigar la situación económica y jurídica del banco del Vaticano, el siempre polémico y oscuro Instituto para las Obras de Religión (IOR). La comisión, que estará presidida por el cardenal salesiano Raffaele Farina, de 80 años, tendrá como fin último la reforma del banco para que “los principios del Evangelio impregnen también las actividades de carácter económico y financiero”.

La Unión Europea salva la cara con pequeños estímulos

Los Veintisiete tienen listas medidas contra el paro juvenil y para reabrir el grifo del crédito

Los socios llegan a un acuerdo político para desatascar los presupuestos

 

El presidente francés François Hollande habla con los periodistas a su llegada a la Cumbre Europea el jueves en Bruselas / JULIEN WARNAND (EFE)
 
Seis años después del estallido de la crisis, 27 millones de europeos están en paro: un contingente que equivale a tener de brazos cruzados, sin posibilidad de trabajar, a toda la población de Bélgica, Austria, Dinamarca e Irlanda. Tras haberse tragado 1,6 billones de euros de dinero público, el sistema financiero sigue asfixiado y tampoco consigue hacer llegar el crédito a la economía real. La cumbre de la UE ha cerrado un acuerdo para dar una respuesta (parcial y relativamente modesta) a esos dos problemas. Los Veintisiete dieron luz verde a un par de pasos destinados a aliviar el peso de esa tasa de paro socialmente insoportable y a restañar las heridas que deja el agujero en el sistema circulatorio de la economía —la banca—, que anticipan aún más tiempos difíciles en Europa.
Los líderes cerraron un plan de choque contra el desempleo juvenil que movilizará 6.000 millones de euros en 2014 y 2015 y hasta 2.000 millones adicionales hasta 2020, procedentes de los fondos que no se gasten en ese periodo. En total, unos 8.000 millones —según los cálculos del Consejo— para combatir el paro. Además, pactaron un programa para desatascar los préstamos a las pymes, por importe de hasta 100.000 millones —con la habitual ingeniería financiera propia de estos tiempos— hasta 2020. No hay demasiado dinero fresco ni convicción en esos dos estímulos, que llegan con un año de retraso: la cumbre de junio de 2012 aprobó medidas muy similares que nunca vieron la luz. Pero al menos algo empieza a moverse en la Unión.
Europa sigue esperando a su Roosevelt (el presidente que sacó a EE UU de la Gran Depresión), pero la economía y la política tiran en direcciones distintas. Mientras la economía exige ambición para arreglar el edificio del euro y medidas a muy corto plazo para la reactivación, los socios europeos caracolean para acabar encontrando soluciones de compromiso, pero habitualmente faltas de ambición. Al menos, los líderes llegaron ayer a Bruselas con los deberes hechos: los ministros de Finanzas desbloquearon el acuerdo sobre quién debe pagar cuando se cierre un banco —algo fundamental en el camino hacia la unión bancaria—, y la Comisión, el Consejo y el Parlamento llegaron a un acuerdo político para desatascar los presupuestos para los próximos siete años, esencial para que las medidas contra el paro juvenil y a favor del crédito vayan más allá de las palabras.
Más allá del paro, el otro elemento esencial para salir de la recesión es que fluya el crédito y, principalmente, a precios asequibles.
El nuevo mantra en Europa se basa en seguir con la austeridad, pero sobre todo en activar reformas estructurales. El presidente de la Comisón, José Manuel Barroso, advirtió de que la Unión “es consciente de la necesidad de estímulos a corto plazo, debido a que esas reformas tardan un tiempo en dar resultados”. Y sin embargo, los líderes son plenamente conscientes de que esas medidas no son de gran calado: no suponen un punto de inflexión. “No se trata de cifras realmente impresionantes”, resumió el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker. “Esas medidas no van a acabar con el paro. Ni con la fragmentación del mercado financiero, que hace que las pymes de la periferia paguen más por sus créditos que las del Norte. Pero van en la línea adecuada”, explicaron fuentes del Consejo Europeo.
El estado de ánimo del proyecto europeo se ha visto perfectamente retratado estos días: en vísperas de la cumbre, Berlín consiguió bloquear —incluso con malas artes, según fuentes diplomáticas— una normativa para reducir el nivel de contaminación de los coches contraria a los intereses de su industria. Esa es la eterna historia de esta crisis: en la cumbre de junio de 2012, Italia, España y Francia amenazaron con plantarse para conseguir un Pacto sobre el Crecimiento sospechosamente parecido al que se discutía ayer —un año después— en Bruselas. Berlín transigió, pero en la práctica ha bloqueado o rebajado una y otra vez esas y otras iniciativas. Alemania solo ha cambiado cuando las críticas a su abrumador liderazgo han subido de tono: Berlín busca tranquilidad hasta las elecciones de otoño.
El reloj se ha parado en Europa, pese a que la canciller Merkel negó anoche que los socios “hayan cambiado una sola decisión en función de las elecciones”. La realidad contradice esa versión. Al margen de las medidas sobre el paro y el crédito, los socios se han embarcado en una aventura mayor: la unión bancaria. La semana pasada, aprobaron la recapitalización directa de entidades financieras; ayer acordaron las reglas para cerrar bancos. Ambos pasos están plagados de tecnicismos, de matices, pero el resumen que hacen los expertos es sencillo: la solución alcanzada es siempre muy del gusto de Alemania, y muy inferior a las expectativas. En junio de 2012, los líderes se conjuraron para romper el vínculo entre la crisis financiera y la crisis de deuda soberana. El dictado de Berlín ha llevado a rebajar esa ambición: ahora basta con “diluir”, con “debilitar” esos lazos. Una alta fuente europea asegura que esa rebaja puede traer problemas si la tormenta que parece estar formándose en los mercados vuelve a acercarse a las costas europeas. Si ese vaticinio se cumple, la recuperación de Europa será lo que viene siendo desde hace año y medio: un espejismo fugitivo.

Perú abre los brazos a España en plena crisis

El presidente Ollanta Humala da su respaldo al encuentro económico organizado por EL PAÍS y ‘La República’

 

El presidente de Perú, Ollanta Humala, durante la inauguración. / R. GARCÍA (EL PAÍS)
 
España no termina de salir de la crisis que comenzó en 2007. Y Perú ha crecido en los tres últimos años en torno al 7%. Ante esa coyuntura, el Gobierno peruano se plantea reforzar sus relaciones con España con dos objetivos claros: ayudar a que el país ibérico salga lo antes posible de la crisis y mantener a Perú en la senda del crecimiento. Ese fue el mensaje que transmitió este jueves en Lima el presidente de Perú, Ollanta Humala, en su discurso de inauguración del foro Invertir en Perú, organizado por EL PAÍS y el grupo peruano La República.
Gustavo Mohme, presidente de La República, indicó que este foro es consecuencia de otro encuentro que ambos grupos mediáticos organizaron en enero de 2012 en Madrid, cuando convocaron a las autoridades políticas y económicas de ambos países con el fin de analizar las posibilidades de negocio en Perú. También explicó que el objetivo ahora no es tanto promover una apertura económica del país, “que ya se ha producido hace años”, sino impulsar un segundo desembarco de inversiones en Perú.
El presidente de EL PAÍS, Juan Luis Cebrián, rememoró la figura del escritor y cronista Inca Garcilaso de la Vega - nacido en Cuzco y muerto en la ciudad española de Córdoba hace 397 años- como ejemplo de las estrechas relaciones que han mantenido los dos países a lo largo de los siglos. “Si en este momento otro Inca Garcilaso escribiera una historia general del Perú, narraría un Perú verdaderamente impresionante que encabeza la lista de todos los países por datos macroeconómicos”, indicó. Cebrián resaltó el proceso de “crecimiento, institucionalización política y progreso democrático” que vive hoy en día América Latina frente a la crisis que arrastra Europa. Y destacó la figura de Humala como ejemplo de esa fase de desarrollo que disfruta Latinoamérica.
El presidente de Perú inauguró el foro con un discurso en el que recalcó la importancia que tiene ahora mismo en su país manejar “unas relaciones internacionales con un socio activo en la comunidad internacional”. “Queremos fortalecer nuestra relación con Europa, pero sobre todo con España”, añadió. “Nos unen lazos culturales y debemos trabajar juntos. En las buenas y en las malas. Creo que América Latina, y particularmente el Perú, puede ser un instrumento valioso para que España pueda salir prontamente de su crisis. Y también un socio importante es España para el Perú, ya que es uno de sus principales socios comerciales y donde tenemos una comunidad importante de peruanos y peruanas”.
Humala subrayó lo importante que es gobernar con sentido de la responsabilidad, dentro de un mundo en crisis cuyos efectos llegan a todos los países, con mayor o menor intensidad. “Dentro de esta crisis global, América Latina ha venido tomando un camino en el cual el efecto no ha sido tan contundente como en otras regiones del mundo. Y esto hay que tomarlo con humildad y con mucha responsabilidad. (..) El pueblo peruano ha aprendido lecciones. Y su clase política también ha aprendido a dar pasos con responsabilidad, que es lo que estamos haciendo hoy día”, indicó.
Tras el discurso de Humala, Javier Moreno, director de EL PAÍS, describió el foro como un símbolo del espíritu que guía al periódico: “Servir de plataforma, de debate y también de punto de encuentro a los principales actores de la política, de la empresa, de la cultura y de la ciencia de toda Iberoamérica”. Moreno subrayó que el encuentro serviría para conocer mejor las necesidades del país.
En relación con esas necesidades, Humala destacó la importancia que tendría en los próximos años la eliminación de las trabas burocráticas y el desarrollo de Internet. El presidente señaló esos factores como esenciales para afrontar su principal desafío, que es el de “resolver la pobreza”. “El Perú no puede hablar de crecimiento económico si no se resuelve el problema de la desigualdad”, añadió.
El ministro de Economía peruano, Luis Miguel Castilla, también habló sobre las necesidades en un debate posterior con otros dos economistas. “No tenemos demasiados economistas, pero tampoco soldadores, técnicos, especialistas, que es lo que el mercado necesita”, dijo.
“Se gasta muy poco en educación”, lamentó Piero Ghezzi, exdirector ejecutivo de Economía Global y Mercados Emergentes del Barclays Capital. “Hay que tratar de comprender por qué si a todo el mundo le importa la educación, por qué no ha mejorado. (…) El problema fundamental es que ningún educador en el Perú sabe qué hacer para mejorar la educación. Necesitamos a gente que se ponga a pensar. Cada Gobierno viene con una idea grande, pero seguimos con el mismo problema. No tenemos el diagnóstico adecuado todavía y si no lo tenemos, menos vamos a tener las soluciones”.
El ministro de Economía alegó que aunque se duplicara el presupuesto de educación, en materiales e infraestructuras, no se conseguiría un resultado idóneo. “Diagnósticos en nuestro país sobran. Hay muchas propuestas educativas. Lo que pasa es que uno tiene que jugárselo por uno. Pero es muy sintomático que tres macroeconomistas estemos hablando de educación”, aclaró.
El foro —patrocinado por Telefónica, Repsol, BBVA, el Ayuntamiento de Lima y la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y organizado con la colaboración de la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (Promperu)— fue clausurado por la alcaldesa de Lima, Susana Villarán.

Turquía reclama a las redes sociales información sobre los indignados

El Ministerio de Comunicación pide a Twitter que revele la identidad de usuarios con mensajes insultantes. El Gobierno dice que Facebook ha colaborado, pero la empresa lo niega.

 
 

Una manifestante en la plaza de Taksim de Estambul, el 22 de junio. / OZAN KOSE (AFP)
 
Las autoridades turcas han solicitado información a las redes sociales Facebook y Twitter sobre sus usuarios en relación con las más de tres semanas de protestas contra el Gobierno en varias ciudades de este país. Binali Yildirim, ministro de Transporte y Comunicaciones, afirmó ayer que Twitter se había negado a colaborar con el Gobierno, que ya había recibido una respuesta “positiva” de Facebook, que ya llevaría un tiempo “cooperando con el Estado”.
“Cuando se solicitan informaciones, queremos que haya alguien en Turquía que nos las pueda proporcionar. Debe haber un interlocutor a quien podamos enviar nuestras reclamaciones y que pueda corregir un error si lo hay”, puntualizó el ministro en una clara referencia a Twitter, que no tiene oficina en Turquía.
Un alto cargo del Ministerio de Comunicaciones citado por la agencia Reuters aseguró que el Gobierno había pedido a Twitter que revelara las identidades de los usuarios que habían publicado mensajes que podrían ser considerados insultantes hacia el Gobierno o el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, o que hayan afectado a los derechos de otras personas. “Hemos comunicado a todas las redes sociales que, si tienen presencia en Turquía, deben cumplir la ley turca (…) Probablemente, Twitter también la cumplirá. Esta situación no puede seguir así”, advirtió Yildirim.
Miles de personas ocuparon y cerraron los accesos a la plaza Taksim y al parque Gezi, en el centro de Estambul, entre el 31 de mayo y el 1 de junio para protestar contra la violencia policial y contra el Gobierno de Erdogan, al que los manifestantes acusaban de “autoritario”. La mayoría de los grandes medios de comunicación turcos no informaron de las protestas, por lo que los ciudadanos recurrieron a Facebook, Twitter y a otros servicios en Internet para buscar y compartir información. Las manifestaciones se acabaron extendiendo a otras ciudades del país y aún continúan de forma ocasional.
Al inicio de las revueltas, Erdogan había definido a Twitter como “problema” y “amenaza” contra la sociedad por ayudar a propagar “mentiras”. Más de 30 personas fueron detenidas en Esmirna acusadas de haber incitado a la violencia a través de esta red social.
“El Gobierno turco ha tenido mucho miedo de estas revueltas inesperadas, que deben algo a las redes sociales, pero no tanto como el Gobierno imagina”, advierte una experta
“Nosotros no decimos: `Bueno, si crees en tal cosa, entonces no puedes usar nuestra plataforma para eso”, ha asegurado en Washington, el director ejecutivo de Twitter, Dick Costolo. “Puedes usar nuestra plataforma para decir lo que tú creas, y eso es lo que la gente de Turquía está haciendo. El programa en sí no tiene ningún punto de vista sobre estas cosas”, explicó Costolo.
Esta misma semana, el alcalde de Ankara, Ibrahim Melih Gokcek, del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en sus siglas en turco) que lidera Erdogan, recurrió precisamente a su cuenta en Twitter para acusar a Selin Girit, una periodista turca de la BBC, de “espía” y de colaborar con una conspiración internacional para “colapsar” la economía turca. Gokcek creó una etiqueta de Twitter contra esta periodista y animó a sus seguidores a que la difundieran. Sin embargo, seguidores de Girit crearon su propia etiqueta, en la que calificaban de “provocador” al alcalde, que superó en popularidad a la primera. Gokcek respondió también a través de Twitter amenazando con demandar a todas las personas que le acusaran de “provocador”.
Horas después el ministro turco de Transporte y Comunicaciones asegurara que había recibido una respuesta “positiva” de la red social Facebook a su demanda de colaboración, la empresa lo negó a través de un comunicado: “Facebook no ha proporcionado datos de sus usuarios a las autoridades turcas en respuesta a las solicitudes del Gobierno en relación con las protestas”.
“Estamos preocupados por las propuestas legislativas para requerir a las compañías de Internet que proporcionen información a los cuerpos de seguridad”, añadió Facebook. El Parlamento turco está debatiendo en la actualidad una ley para regular el uso de las redes sociales.
“El Gobierno turco ha tenido mucho miedo de estas revueltas inesperadas, que deben algo a las redes sociales, pero no tanto como el Gobierno imagina”, argumenta Gulseren Adakli, profesora de Comunicación en la Universidad de Ankara y que ha estudiado el papel de las redes sociales durante las protestas.
El mayor buscador de Internet, Google, ya abrió una oficina en Turquía el pasado octubre, después de que las autoridades turcas bloquearan durante más de dos años el acceso de usuarios turcos a su servicio de vídeos YouTube. El Gobierno de Ankara cortó el acceso a YouTube porque algunos usuarios habían publicado vídeos insultantes hacia el fundador de la República Turca, Mustafá Kemal, Atatürk.
Organizaciones defensoras de la libertad de expresión han criticado repetidamente durante los últimos años a Turquía por bloquear el acceso a miles de páginas web. En su último informe sobre la libertad en la red, la organización Freedom House define a Turquía como “parcialmente libre”, y afirma que las autoridades censuran páginas web por motivos políticos. Según este informe, en Turquía hay más de 15.000 páginas web censuradas. En diciembre del año pasado, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó que Turquía había violado el derecho a la libertad de expresión de sus ciudadanos al bloquear también sites.google.com, otro servicio de Google con el que sus usuarios pueden crear páginas web.

El Senado de EE UU aprueba la ley para la reforma del sistema de inmigración

 

Los senadores John McCain (Izda.) y Charles Schumer se felicitan este jueves. / JIM LO SCALZO (EFE)
 
Estados Unidos ha dado un paso de gigante en su confirmación como gran nación de emigrantes: el Senado aprobó este jueves definitiva y contundentemente la reforma que permite la legalización de más de 11 millones de indocumentados, lo que puede conducir a una honda transformación con implicaciones económicas, políticas, sociales y culturales. Aunque la votación de esta tarde está todavía pendiente de su ratificación en la Cámara de Representantes, el debate se desenvuelve en un contexto histórico que permite vaticinar su éxito final.
El resultado final de la votación -68 contra 32- supone un respaldo mucho mayor de lo que hubiera sido posible anticipar hace solo unos meses y confirma el surgimiento de una sólida coalición parlamentaria que podría ser suficiente como para vencer las resistencias que esta ley, de alcance histórico, puede aún encontrar en su camino hacia el Despacho Oval.
"El Senado de Estados Unidos ha servido hoy a los ciudadanos, llevándonos un paso más cerca a la resolución definitiva del sistema de inmigración", aseguró Obama en un comunicado adelantado por la Casa Blanca. El presidente afirmó que el proyecto de ley "es un compromiso" y que ninguna de las partes implicadas logró todo lo que querían. "Ni los demócratas, ni los republicanos, ni yo. Pero la ley es consistente con los principios de sentido común que, como tantos, he defendido en tantas ocasiones".
Esta reforma migratoria ha sido, durante décadas, la aspiración de millones de familias que viven en una dura clandestinidad, sin acceso a la mayoría de los servicios sociales, sin perspectivas de una vida estable, discriminados y marginados, cuando no perseguidos o confundidos con delincuentes. Pero no solo eso. La reforma ha sido un constante campo de batalla en el que los partidos políticos han rivalizado por cada vez más atractivos intereses electorales. Por más de 30 años, los intentos de poner en orden un sistema migratorio a todas luces quebrado se han estrellado con la oposición de quienes pretendían conservar su escaño o su criterio estrecho sobre la nacionalidad o las tradiciones norteamericanas.
Los inmigrantes indocumentados llevan muchos años contribuyendo de forma determinante a la creación de riqueza en Estados Unidos. Su aportación es vital en algunas áreas, como la de la agricultura, la industria o el trabajo doméstico, y visible y creciente en otras muy diversas, desde la tecnología hasta la educación.
Aunque la necesidad de reformar el sistema migratorio era ya acuciante durante la anterior Administración, fueron las dos últimas elecciones presidenciales, particularmente la de 2012, en las que Barack Obama obtuvo el 71% de los votos latinos, las que acabaron de convencer a los republicanos, los principales oponentes de la reforma, de que su futuro como partido dependía de su actitud respecto a esta ley.
La reforma sale del Senado como muchas limitaciones. Plantea regularizar a los ‘sin papeles’ previo pago de una multa y de sus impuestos atrasados, duplica el número de agentes que protegen la frontera con México, invierte 30.000 millones de dólares en vigilancia de los puntos de entrada al país, limita el acceso a la ciudadanía para los indocumentados que residan en EE UU desde antes de diciembre de 2011, establece un plazo mínimo de 10 años para poder aspirar al pasaporte norteamericano y obliga a demostrar conocimientos de inglés y un historial limpio de antecedentes penales.
Como compensación, se crea un nuevo sistema de visados temporales, se permite un acceso más rápido a la ciudadanía norteamericana a los llamados ‘dreamers’ –estudiantes indocumentados- y trabajadores agrícolas, se aumenta el número de visados para los empleos en la ciencia y la tecnología y se imponen mayores controles para evitar casos de abusos y explotación, ahora frecuentes, en las empresas.
El éxito obtenido en el Senado -con el voto a favor de 14 republicanos- ha sido laboriosamente trabajado desde hace seis meses por una coalición de legisladores demócratas y republicanos que, con el apoyo de Obama en la Casa Blanca, han conseguido finalmente conformar una mayoría que ahora esperan reproducir en la Cámara. El presidente emplazó a los legisladores a "hacer lo mismo" que el Senado y advirtió de los obstáculos que puede encontrar la reforma. "Este es el momento en el que sus oponentes intentarán con más fuerza destruir esta iniciativa bipartidista de manera que impidan que esta reforma se convierta en realidad", dijo Obama. "No podemos dejar que eso pase".
El senador republicano John McCain, líder en las negociaciones, instó a los representantes a estudiar el proyecto de ley nada más ser aprobado. "Apelamos a su consideración y estamos dispuestos a sentarnos y negociar con ustedes", afirmó.
El texto de esta reforma ha recibido críticas, tanto de grupos de derechos humanos, que se quejan de la militarización de la frontera, como de los sectores más conservadores, que se temen la disolución del carácter y la esencia del estilo de vida americano. Obama advirtió en su momento que, para poderse llegar a un acuerdo, iba a ser preciso que todos hicieran renuncias.
Todos los implicados en el avance de la reforma lo han reconocido. La Asociación por las Libertades Civiles (ACLU) felicitó este jueves al Senado por su trabajo impulsando una ley "histórica" que permitirá a millones de familias "obtener estatus legal para vivir, trabajar y cuidar de sus familias sin miedo, en el país al que llaman hogar".
El resultado ha sido, pues, una muestra de pragmatismo y un raro ejemplo de colaboración entre los dos partidos políticos. El pasado mes de enero, cuatro senadores republicanos y cuatro demócratas crearon lo que se conoció como “Grupo de los Ocho” para negociar las bases de la legislación. El trabajo de esta coalición bipartidista refleja cómo los intereses de futuro de demócratas y republicanos dependen en gran medida del apoyo de la comunidad hispana, el grupo de población de mayor crecimiento en la última década y, seguramente, en la próxima.
La realidad política coincide, además, con un contexto económico que ha dejado en evidencia la dependencia de EE UU de profesionales extranjeros y la necesidad de recuperar el liderazgo en materia de innovación. Todo ello ha obligado a reconocer que la inmigración sigue siendo la llave de la prosperidad futura de este país.
A la espera de las negociaciones que tengan lugar en la Cámara de Representantes, donde los republicanos tienen la mayoría, el debate en el Senado se ha visto favorecido por la actuación de algunos republicanos determinantes, como John McCain, que apoya la reforma desde hace años, o de la figura emergente de la oposición, el senador de origen cubano Marco Rubio, cuya carrera fue impulsada al inicio por el Tea Party pero se ha convertido ahora en la bisagra entre los defensores y los detractores de una ley cuya aprobación marcará el legado de Obama tanto o más que la reforma sanitaria.

Obama: “No voy a enviar aviones para coger a un ‘hacker de 29 años”

El presidente norteamericano afirma que el caso no merece una crisis con Rusia o China

Califica a Mandela de “héroe del mundo”

 

Barack Obama, de visita en Senegal / SAUL LOEB (AFP)
 
Tratando de rebajar la tensión creada por la fuga de Edward Snowden, el responsable de las filtraciones sobre los programas de espionaje de Estados Unidos, Barack Obama descartó este jueves la posibilidad de enviar aviones de combate para tratar de capturar en el aire al antiguo contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). El presidente norteamericano renunció, igualmente, a crear una crisis diplomática con Rusia y China por este episodio.
“No voy a movilizar aviones para coger a un hacker de 29 años”, declaró Obama en Dakar (Senegal), donde se encuentra de visita oficial, en un intento de restar importancia al papel de Snowden, quien, en realidad, ha cumplido ya los 30 años durante su estancia, primero, en Hong Kong y, después, en el aeropuerto de Moscú, donde, al parecer, se encuentra actualmente. “Entiendo la fascinación por esta historia desde la perspectiva de la prensa. Estoy seguro de que harán una película. Pero el daño causado es el de sus primeras revelaciones”, afirmó.
Por esa razón, el presidente aseguró que se va a limitar a intentar su captura por los canales legales existentes y sin poner en peligro las relaciones con Rusia y China. “Tenemos un montón de asuntos con China y Rusia, y no voy a dejar que un caso de un sospechoso al que estamos tratando de extraditar sea elevado de repente a la categoría de obstaculizar esos asuntos”, dijo.
Obama informó de que no había hablado con los presidentes de China, Xi Jinping, ni con el de Rusia, Vladimir Putin, porque no ha creído necesario hacerlo, puesto que el caso Snowden es un tema que debe ser discutido entre expertos. Expresó, no obstante, su confianza en que las autoridades rusas accedan todavía a conceder la extradición. “Ha habido algunas conversaciones útiles entre los Gobiernos de EE UU y de Rusia”, añadió, “y sigo confiando en que Rusia u otros países que se han referido potencialmente a darle asilo a Snowden reconozcan que son parte de la comunidad internacional y que deberían de cumplir las leyes internacionales. Vamos a presionarles todo lo que podamos para conseguirlo”.
Obama sugirió que el principal daño causado por Snowden no ha sido el conocimiento mismo de los dos programas secretos de vigilancia filtrados, sino la demostración de los agujeros que existen en los sistemas de seguridad de la NSA. “Este caso prueba significativas vulnerabilidades en la NSA que tienen que ser resueltas”, manifestó. “Pero, en términos de los intereses de EE UU, el daño se hizo con las filtraciones iniciales”.
Al mismo tiempo, admitió que su Gobierno desconoce si Snowden tiene en su poder otros documentos secretos, y confesó su “preocupación” al respecto. “Esta es, en parte, la razón por la que queremos detenerle”, explicó.
Las declaraciones de Obama revelan una estrategia de contención de daños, sobre todo con Rusia, cuyo presidente había rechazado claramente esta semana la posibilidad de satisfacer la demanda norteamericana de extradición. Unido a otras discrepancias anteriores sobre Siria e Irán, más el silencio con que han sido recibidas en Moscú las propuestas de Obama sobre desarme nuclear, este caso amenazaba con devolver las relaciones entre Rusia y EE UU al nivel de la Guerra Fría.
Aunque el presidente norteamericano no aludió el jueves a Ecuador, ese es otro de los países envueltos en esta tormenta diplomática. Anticipándose a lo que veía venir de forma inevitable, el Gobierno ecuatoriano renunció a las ventajas comerciales de las que gozaba hasta ahora en EE UU y cuya renovación, prevista para el mes próximo, dependía exclusivamente del Congreso norteamericano. El presidente del comité de Relaciones Exteriores del Senado, Bob Menéndez, había advertido el miércoles que se opondría a la extensión de esos privilegios para Ecuador como respuesta a su actitud en el caso Snowden.
Todo este conflicto oscurece un viaje de Obama a África que, por lo demás, tiene un enorme simbolismo, no solo por lo que representa de respaldo a un continente que está empezando a despegar económicamente en algunos puntos, sino por lo que significa en la biografía del primer presidente negro de EE UU, el hijo de un africano.
Obama destacó, en primer lugar, el papel del más célebre africano de la historia, Nelson Mandela, que se encuentra actualmente en estado crítico. Obama, que visitará Suráfrica este fin de semana, se refirió a Mandela como “un héroe del mundo cuyo legado perdurará a lo largo de los años”.
El presidente norteamericano visitó ayer la Casa de los Esclavos, en Goree Island, una de esas llamadas “puertas sin retorno” africanas donde, en el siglo XVIII, se reunía a las personas a las que se vendía como esclavos en América. En EE UU, ese comercio continuó hasta su guerra civil y, aún hoy, la huella de la esclavitud está marcada profundamente en esta sociedad. Obama no es descendiente de esclavos –su padre nació en Kenia y emigró aquí como estudiante-, pero sí lo es su esposa, Michelle, que le acompaña en este viaje, junto a sus dos hijas, Sasha y Malia, enfrentadas, como tantos niños negros, a ese pasado atroz. “Para un afroamericano, para un presidente afroamericano”, dijo Obama, “visitar este lugar me da mucha más motivación para defender los derechos humanos en todo el mundo”.