sábado, 29 de junio de 2013

La violencia política toma las calles de Egipto

Seis personas han muerto y varios centenares han resultado heridas en disturbios callejeros protagonizados por seguidores y detractores del Gobierno islamista

 

Opositores a Morsi queman los enseres de la sede de los Hermanos Musulmanes en Alejandría. / AFP
 
Decenas de miles de personas salieron el viernes a las calles y plazas de las principales ciudades de Egipto para expresar su apoyo o bien su rechazo hacia el presidente Mohamed Morsi. El país árabe vive días de alta tensión en vísperas del primer aniversario de la investidura del rais islamista, que puso fin al periodo de transición pilotado por la Junta Militar. Este domingo es la fecha marcada por la oposición para lanzar una nueva ola revolucionaria con el objetivo de forzar la dimisión de Morsi.
Una vez más, dos Egiptos con una visión radicalmente opuesta de su país vuelven a librar un pulso en la calle que amenaza con desencadenar un estallido de violencia, el enésimo en una turbulenta transición iniciada tras la caída de Hosni Mubarak en febrero del 2011. De hecho, la tensión ha ido en aumento durante toda la semana, sobre todo en las provincias del Delta del Nilo.
En concreto, los últimos días, han muerto seis personas y varios centenares han resultado heridas en disturbios callejeros protagonizados por seguidores y detractores de Morsi y su movimiento, los Hermanos Musulmanes. El viernes por la tarde, varias personas resultaron heridas en escaramuzas en Alejandría, donde decenas de manifestantes asaltaron e incendiaron una sede de la cofradía. En esta ciudad, un ciudadano estadounidense de 21 años fue apuñalado hasta la muerte durante las protestas, según informaron fuentes médicas y policiales a la agencia Reuters; el joven fue asaltado por la turba mientras tomaba imágenes de las protestas con la cámara de su móvil. La otra víctima mortal registrada este viernes en la ciudad mediterránea fue un ciudadano egipcio partidario del presidente Morsi.
El Departamento de Estado norteamericano anunció hoy la salida de Egipto de parte de su personal diplomático y consular y sus familias, "por los problemas políticos y sociales que están teniendo lugar" en el país. Asimismo, pidió a sus ciudadanos que aplacen los viajes "no esenciales" a Egipto.
En El Cairo, los islamistas se han congregado frente a la mezquita de Rabá al Audawiya. Como ya hicieron la semana pasada en este mismo escenario, la multitudinaria manifestación representa una nueva demostración de fuerza y de la capacidad de movilización de la Hermandad, pues muchos de los asistentes han venido de fuera de la capital.
Washington retira a parte de su personal diplomático y pide a los ciudadanos que aplacen los viajes "no esenciales"
Entre canciones patrióticas y fotos de sus mártires, carteles que apelan a la legitimidad democrática del presidente, definida como “una línea roja”. “Tenemos una Constitución, y un presidente electo en las urnas. La oposición debe atenerse a las normas democráticas y esperar tres años si quiere cambiar de presidente”, sostiene Hamza Zawba, un alto responsable del Partido de la Libertad y la Justicia, el brazo político de la Hermandad.
La mítica Plaza Tahrir es el punto de encuentro del otro Egipto, mayoritariamente laico y hastiado por los intentos de la Hermandad de controlar todos los resortes de poder del Estado. El viernes son menos que sus adversarios, pero para ellos esto es sólo un calentamiento antes del día 30. La movilización la ha liderado Tamarrud, un grupo de jóvenes revolucionarios que asegura haber recogido más de 15 millones de firmas en favor de “retirar la confianza a Morsi” y de forzar la celebración de elecciones anticipadas.
Tamarrud ha contado con el apoyo de los principales partidos laicos, como el Dustur de Mohamed al Baradei, y de organizaciones revolucionarias ya consolidadas, como el Movimiento del 6 de Abril. Agrupados bajo la plataforma del “30 de junio”, el jueves presentaron su hoja de ruta, que pasa por volver a situar la transición egipcia a su casilla de salida: formación de un gobierno interino de tecnócratas, disolución del Senado, controlado por los islamistas, y formación de un comité de sabios que redacte una nueva Constitución antes de la celebración de elecciones.
La determinación de la oposición aumentó el miércoles, después del mensaje de casi tres horas que el presidente Morsi lanzó a la nación. Si bien reconoció “haber cometido errores”, el presidente mostró una actitud desafiante, destinada a movilizar a sus bases. “Asumí la responsabilidad en un país sumido en la corrupción, y me he enfrentado a una guerra para hacerme fracasar”, dijo el rais, que intentó deslegitimar a sus adversarios vinculándolos al régimen de Mubarak.
Ante la creciente hostilidad que se dispensan ambos bandos, las principales instituciones independientes del país han hecho sonar las señales de alarma. La Universidad de Al-Azhar, la principal institución del Islam suní en la región, llamó a la moderación ante el riesgo que “el país se deslice hacia una guerra civil”. Igualmente, a principios de semana, el ministro de Defensa, Abdelfattah al-Sissi, instó a los políticos a alcanzar un acuerdo, y advirtió que el ejército no se quedará de brazos cruzados si la nación cae “en un oscuro túnel de conflicto”.
Según los analistas, las Fuerzas Armadas y Estados Unidos pueden desempeñar un rol decisivo en caso de una escalada del conflicto político. En anteriores protestas, ambos actores han apuntalado la legitimidad del rais. Sin embargo, tras sus intentos infructuosos de mediar entre las partes durante los últimos días, algunas filtraciones en la prensa local apuntan a un viraje en sus posiciones.

Maduro intenta mantener el poder político del petróleo de Venezuela

Este sábado, los 18 países miembros de Petrocaribe debatirán en Managua la implementación de la zona económica especial propuesta por Venezuela en mayo pasado

 

El presidente de Venezuela y su homólogo haitiano, este martes. / J. J. A. (EFE)
 
Las viejas y las nuevas promesas de Venezuela serán el eje de la VIII cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de Petrocaribe que este sábado se reúnen en Managua, Nicaragua. En la reunión más reciente del bloque, realizada en mayo pasado en Caracas, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, propuso el establecimiento de una zona económica especial entre los 18 países que conforman el bloque, y se comprometió a mantener el suministro de petróleo a precios preferenciales a sus socios, aún a pesar de la crisis económica que atraviesa Venezuela. Además de discutir la viabilidad del nuevo plan, algunos miembros, como Jamaica, pedirán cuentas sobre acuerdos firmados en años anteriores, como el que estipula la refacción de antiguas refinerías de crudo, que aún no han comenzado a ejecutarse.
Petrocaribe fue uno de los planes de integración regional dilectos del difunto presidente venezolano Hugo Chávez. El bloque fue fundado en 2005 con la idea de proveer petróleo venezolano a sus socios, bajo condiciones especiales de financiamiento. Gracias a este esquema, los miembros de Petrocaribe tienen la posibilidad de pagar por cuotas y a muy bajo interés los suministros de crudo que reciben: el 40% de las facturas debe pagarse en 90 días, en efectivo o en mercancías que ayudan a suplir las necesidades de importación de Venezuela, como frijoles, carne o azúcar; y el resto de la deuda puede ser cancelada entre 17 y 25 años, con dos de gracia, y al 1% de interés, en caso de que el precio del barril supere los 40 dólares.
Desde 2005, Venezuela ha enviado unos 232 millones de barriles de petróleo a los miembros de Petrocaribe y éstos acumulado una deuda con Caracas que supera los 20.000 millones de dólares, según cifras del Banco Central de Venezuela. República Dominicana es uno de los países que acumula más facturas, por el orden de los 3.000 millones de dólares. Además de Venezuela, participan de esta alianza Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y Surinam.
Más del 80% de los productos que consume Venezuela son importados y es allí donde varios países del Caribe han visto una oportunidad. Solo en 2012, las importaciones venezolanas de alimentos aumentaron en 58% y superaron los 8.000 millones de dólares, de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, mientras la producción local disminuyó en igual proporción. Entre los socios de Petrocaribe, Guyana, por ejemplo, paga los 5.200 barriles de petróleo que recibe al año con el envío de medio millón de toneladas de arroz. Y el plan es que los envíos de abarrotes aumenten con el establecimiento de la zona económica especial. “La ampliación a una zona económica es un salto superior. El principio de integración latinoamericana va a incorporar el pago con productos, debido a que Venezuela no produce lo que come”, ha dicho, a propósito de la cumbre de Managua, el presidente de la comisión de relaciones exteriores del Parlamento de Nicaragua, Jacinto Suárez.
Pero Caracas enfrenta una grave crisis de liquidez y ya no está en capacidad de pagarlo todo. Los ingresos por concepto de exportaciones petroleras, que financian más del 60% del presupuesto venezolano, han disminuido por causa de la caída de la producción y del endeudamiento de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). La cesta venezolana también se ha ido depreciando paulatinamente: esta semana cerró con un precio promedio de 98,99 dólares por barril, 2,8 dólares menos que la semana pasada; en 2012, en cambio, el precio promedio por barril fue de 103,42 dólares.
Para prever un posible cese de abastecimiento de petróleo por parte de Venezuela, algunos de los países caribeños que asistirán este sábado a la cumbre, como Barbados, Jamaica y Bahamas, ya han comenzado a diversificar sus fuentes de energía y a explorar nuevos yacimientos de petróleo en alta mar. Para ello cuentan con el interés de Estados Unidos y China en el desarrollo de nuevas fuentes energéticas en la zona. “No hay un grupo de naciones mejor situadas que las naciones del Caribe para aprovechar las posibilidades de las energías renovables. Sabemos que muchas naciones caribeñas pagan tres veces más por la energía que nosotros. Estados Unidos y otros países estamos trabajando en esto, buscando inversiones y conexiones regionales”, dijo el vicepresidente de Estados Unidos, Jon Biden, cuando visitó Trinidad y Tobago a fines de mayo para firmar nuevos acuerdos con los países de la Comunidad del Caribe (Caricom). En la misma semana, el presidente chino, Xi Jinping, visitó también Puerto España para acordar nuevas inversiones en la producción trinitaria de gas y petróleo.
En vida, el presidente Chávez prometió construir obras –complejos industriales, refinerías, escuelas—en casi cada uno de los países miembros de Petrocaribe y en la cumbre de este sábado, Venezuela también deberá responder por esas cuentas. El Gobierno de Jamaica, por ejemplo, tiene el propósito de lograr un compromiso “firme” de Caracas para la modernización y ampliación de la refinería de Petrojam, a la que se comprometió en 2006. “Hemos estado hablando mucho tiempo acerca de la actualización de esta refinería, que ha estado produciendo para nosotros por cerca de 40 años. Ahora estamos en un camino más firme, sobre todo porque el nuevo presidente de Venezuela ha asumido sus funciones, para seguir adelante con algunas de las cosas que no se hicieron en los últimos cinco años, incluyendo la expansión y modernización de la refinería”, ha dicho a la prensa local el ministro jamaiquino de energía y minas, Phillip Paulwell. Por asuntos pendientes como éste y por las nuevas condiciones económicas de Venezuela, esta podría convertirse en una cumbre con vista al abismo.

Capriles responsabiliza a Maduro de un ataque en su contra

El excandidato presidencial denunció haber sido atacado el jueves con disparos y pedradas durante una asamblea popular que se realizaba en el interior del país

 

Maduro, este martes en Puerto Príncipe (Haití). / Jean Jacques Augustin (EFE)
 
El excandidato a la presidencia de Venezuela, Henrique Capriles, ha responsabilizado al presidente venezolano Nicolás Maduro de un ataque con disparos y pedradas del que fueron víctimas, este jueves, él y miembros de su equipo, durante un acto político que se desarrollaba en la ciudad de Maracay, a unos 100 kilómetros de Caracas. Tras el episodio, no hubo registro de personas heridas, pero sí de daños materiales contra la caravana del excandidato.
“Ayer, en horas de la tarde, a la misma ahora en que entró una cadena, nosotros estábamos siendo atacados en la ciudad de Maracay, en una asamblea popular, con tiros, palos y piedras”, dijo Capriles este viernes, durante un acto de conmemoración del día del periodista, que se celebra cada 27 de junio en Venezuela. “Si el carro donde yo me desplazaba no hubiera sido un carro blindado, ¿qué hubiese pasado? ¿Y qué pasaría si nosotros decidimos hacer lo mismo con los actos de Maduro? Dejo esa reflexión allí, porque nosotros queremos evitar una situación de violencia”, agregó el también gobernador del Estado capitalino de Miranda.
De acuerdo a la versión del equipo que acompañaba a Capriles, un grupo de motorizados identificados con las insignias del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) intentó impedir que se llevara a cabo la asamblea popular convocada por la oposición en la ciudad de Maracay. Luego, arremetieron contra los asistentes y contra la caravana que transportaba el excandidato. Mientras esto ocurría, todas las emisoras de radio y televisión del país estaban “encadenadas” en la transmisión obligatoria de un mensaje de la presidencia.
La primera noticia de lo ocurrido el jueves la dio el propio Capriles a través de la red social Twitter. “Fuimos atacados en Asamblea en Maracay, estamos bien, me informan de algunas personas heridas, destrozos en vehículos”, escribió el gobernador en su cuenta @hcapriles, sin ofrecer mayores detalles. En un siguiente mensaje, agregó: “Cualquier cosa que nos ocurra reiteramos que hacemos responsable a Nicolás Maduro”.
Capriles describió esta nueva agresión como la peor de las que ha sido objeto desde que está al frente de la oposición venezolana, que lo eligió como candidato único para enfrentar a Hugo Chávez en las presidenciales de octubre de 2012 y para medirse luego contra Nicolás Maduro, en los comicios convocados el 14 de abril tras la muerte de Chávez. “En todos los meses de campaña, en los dos procesos electorales, no nos tocó nunca una situación como la de ayer. (…) Lo que es más preocupante es que estas cosas pasen y la autocensura o la censura evite que las personas sean informadas y orientar el pueblo a la paz”, señaló el gobernador, refiriéndose a la poca difusión que tuvo la noticia entre los medios locales.

Con Mandela como ejemplo, Obama pide el levantamiento de África

El presidente de EE UU predica la esperanza en la región y reivindica el "mensaje eterno" del líder surafricano

 

Obama junto a la ministra sudafricana de Relaciones Exteriores. / K. L. (EFE)
 
Barack Obama llegó el viernes a Suráfrica con la vida de Nelson Mandela pendiendo de un hilo y abrumado por una enorme carga simbólica en la que el ejemplo del inmortal héroe de los derechos humanos, la responsabilidad del primer presidente negro de Estados Unidos y el presente y el futuro de África, un continente dramático y espléndido, se funden en un guión escrito para la historia.
Aún no se sabe si Mandela tendrá fuerzas para recibir a Obama. “Yo no necesito una foto”, dijo el presidente, “veremos cómo evoluciona la situación. Lo último que pretendo es ser una molestia cuando la familia está pendiente de su condición”. Aunque ambos se encontraron en 2005, cuando Obama apenas había cumplido unas pocas semanas como senador, su encuentro ahora, convertido ya en el mayor icono afroamericano desde Martin Luther King, significaría, entre otras muchas cosas, la victoria de la raza peor tratada en la historia de la Humanidad. Si casi cualquier persona decente de este mundo debe de estar agradecida a la lucha de Mandela, qué se puede decir de un hombre humilde, el hijo de un africano, que, sorteando todos los obstáculos imaginables, accedió al cargo más relevante de la Tierra. Sin apenas conocerse, Obama es producto de Mandela, su descendiente y alumno.
Nada puede Obama aportar a la obra de Mandela más que repetirla y expandirla
Nada puede Obama aportar a la obra de Mandela más que repetirla y expandirla. Así hizo el viernes. “El mensaje de Mandela será eterno”, declaró, “porque está extraído de las elecciones que dio con su vida, una de las cuales es que, si África como continente puede actuar junto, si sus países están unidos, si se resisten a ser divididos por tribus, razas o religiones, entonces el levantamiento de África continuará”.
Es obvio que el presidente de Estados Unidos tiene en muchos otros lugares del mundo mayores intereses que defender que en África. Pero es dudoso que Barack Obama pueda tener en algún otro lugar más compromiso personal y más impacto que en África. No es ese un continente fácil, desde luego. Desde que está en el cargo, el presidente no ha podido visitar aún el país de su padre, Kenia. Muchas carencias de índole económico y político mantienen a África postrada y dan argumentos a quienes no creen en su despegue.
Es dudoso que Barack Obama pueda tener en algún otro lugar más compromiso personal y más impacto que en África
Pero Obama está obligado en este viaje a predicar la esperanza y a dejar su visión. “Todo lo que hacemos”, explicó, “está diseñado para asegurarnos de que dejemos de ver a África como un continente dependiente, como un caso de caridad, y empecemos a verlo como un socio, que en lugar de estar crónicamente necesitando ayuda, empieza a reclamar comercio, que empieza a alimentarse a sí mismo, que empieza a producir sus propios bienes. Eso es lo que África quiere”.
Las palabras de Obama no se corresponden con la política de su país. África, no solo está en la última fila de los intercambios comerciales de Estados Unidos, sino que, en los últimos años, ha tenido que buscar alianzas más rentables en otras latitudes. China, India, Brasil, entre otros, han comenzado a ocupar los espacios que EE UU ha ido dejando.
Obama entiende que el interés de esos países “no es necesariamente una mala noticia”. Al contrario, sostuvo, debería de ser al prueba de que África tiene un futuro luminoso. “Debería de ser”, añadió, “una señal de que existe allí una gran oportunidad, que EE UU no debería dejar pasar por estar anclados en viejos estereotipos sobre ese continente”.
 
El éxito de África depende, según lo expresó el presidente norteamericano de tres condiciones: democracia, transparencia y responsabilidad. El éxito depende, según él, “de que las empresas se sientan confiadas en que habrá transiciones pacíficas del poder político, de que se persiga la corrupción, de que se respete la ley, de que se respete la propiedad privada y de que los Gobiernos no sean salvajemente ideológicos”.
El papel de Obama en África sería más sencillo si su propia presidencia fuese más exitosa o más consecuente, o si los medios de comunicación se tomasen tanto interés como cuando viaja a Europa o Asia. Pero, aún así, esta es una gran ocasión para que la antorcha de Mandela no quede sin dueño. El legado de Mandela es demasiado pesado para que lo cargue una sola persona. Pero nadie está en mejor posición que Obama entre el grupo de herederos.

El proyecto de Bachelet es una suerte de capitalismo con rostro humano”

El columnista chileno Carlos Peña analiza el cuadro político del país sudamericano que este domingo celebra sus primeras primarias presidenciales legales

 

Carlos Peña, analista chileno. / LA TERCERA
 
Carlos Peña (1959), abogado, doctor en Filosofía y rector de la Universidad Diego Portales, es uno de los más agudos líderes de opinión en Chile. Las columnas que escribe los domingos en el periódico El Mercurio son de lectura obligada para la clase política y todos los interesados en los asuntos públicos. Desde esa tribuna ha descrito los cambios que ha vivido Chile en los últimos años, después de las revueltas estudiantiles de 2011, y el cuadro político del país sudamericano donde este domingo tanto la derecha como el centroizquierda definirán a través de primarias a sus respectivos candidatos presidenciales con miras a las elecciones de noviembre. “Se trata, con todo, de una práctica que le hace bien a la democracia especialmente si se admite la participación de independientes”, señala el analista.
Pregunta. ¿Cuánto cambió Chile en los últimos tres años?
Respuesta. No es posible comprender los últimos tres años de la sociedad chilena –el malestar y el desasosiego- sin tener en cuenta los cambios que ella experimentó en los últimos veinte. La educación se expandió (la expectativa de escolaridad es hoy de 15.6 años); la educación superior se acerca hoy al 50% de cobertura, la mayor parte de la matrícula superior se compone de hijos de quienes nunca asistieron a ese nivel educacional; la vivienda propia es una realidad para más del 75% de los chilenos; y el consumo borra los signos externos del estatus. En suma, los chilenos son hoy más prósperos que nunca antes.
P. ¿Por qué entonces el desasosiego?
R. Lo que ocurre, en mi opinión, y esto es lo que se ha manifestado en los últimos tres años, es que esos cambios materiales produjeron profundos cambios culturales y subjetivos, en particular, un incremento de las expectativas y el deseo que las ideas que legitiman a la modernización capitalista –la igualdad de oportunidades y la meritocracia- efectivamente se realicen.
P. ¿Chile vive un cambio de ciclo?
R. Sin duda; pero no un abandono del proyecto de modernización capitalista en el que ha estado embarcado los últimos veinte años. Hay más bien un cambio en la subjetividad con que se vive el proceso de modernización –las expectativas que se dirigen a él- pero no un proyecto de modernización alternativo. Los partidos y sus dirigentes se están acomodando a esa nueva subjetividad que no fueron capaces, ni siquiera por un momento, de anticipar.
P. ¿Los estudiantes y la movilización de 2011 removieron el tablero político chileno?
R. Más que remover el tablero político, mostraron la precariedad de la representación parlamentaria en un doble sentido: intelectual puesto que los parlamentarios no fueron capaces de dialogar racionalmente con los jóvenes o manifestarles aquello en que se equivocaban (en vez de eso, simplemente los halagaron o se sumaron a sus demandas); e institucional puesto que el sistema mostró que no es capaz de acoger una representación más fidedigna de los intereses sociales, racionalizarlos a tiempo y conducirlos. Pero la correlación de fuerzas políticas se mantendrá más o menos como ha ocurrido en los últimos veinte años.
P. ¿Los jóvenes han conseguido avances relevantes en materia educativa?
R. Desde luego, y el más importante, han situado el tema en la agenda pública y hoy es un asunto ante el que todos deben pronunciarse.
P. Los principales líderes estudiantiles, como Camila Vallejo, buscan escaños en el Parlamento. ¿Qué le parece que ingresen al establishment político?
R. Me parece muy bien. Es un signo que los jóvenes valoran la democracia y las instituciones y principian a descreer que la movilización social pueda, además de ser un gesto de presión y de denuncia, ayudar a la deliberación pública.
P. ¿Observa similitudes entre las protestas chilenas de 2011 y el malestar social de Brasil?
R. ¡Tanto en Brasil y Chile no se vive una revuelta anticapitalista, sino al revés: esa gente se ha tomado en serio al capitalismo y sus promesas de bienestar creciente e igualdad de oportunidades!
P. Entonces, ¿el modelo de mercado no está en crisis en Chile?
R. No, en absoluto. Ninguna de las fuerzas políticas hoy día en competencia, ni las de derecha o de la izquierda, desafían, ni siquiera retóricamente, al modelo de mercado o al proyecto de modernización capitalista con la sola excepción del candidato humanista Marcel Claude, cuyas posibilidades electorales son casi inexistentes.
P. ¿Y el proyecto de la expresidente Michelle Bachelet, favorita para ganar las primarias de este domingo y las elecciones de noviembre?
R. Michelle Bachelet, quien probablemente ganará la presidencial, ha presentado un proyecto reformista, una suerte de capitalismo con rostro humano, pero ningún proyecto radical de cambio. Lo que ella sugiere es sacar del mecanismo exclusivamente de mercado a ciertos bienes (como las pensiones o la educación) de manera de construir, en base a una reforma tributaria moderada, una sociedad de prestaciones garantizadas e iguales en esos ámbitos. Si bien en la fase de elecciones primarias se le ha envuelto en una retórica más radical, es estrictamente un proyecto socialdemócrata. Y no es raro que todo esto sea así, los intelectuales más radicales han elaborado quejas morales contra la modernización capitalista; pero no han compuesto ninguna oferta alternativa. Y es que –como dice Zizek- hoy día es más fácil imaginar que acabe el mundo a que termine el capitalismo.
P. ¿No cree que ella se haya izquierdizado?
R. La expresidenta Bachelet posee un programa reformista, perfectamente socialdemócrata; pero, usted tiene razón, hay la imagen que se ha izquierdizado. Es posible que esa imagen se deba –paradójicamente- más a sus silencios que a sus palabras. Lo que ocurre es que cuando una líder carismática (y ella lo es en alta medida) guarda silencio o se dedica a escuchar o es ambigua, la gente empieza inevitablemente a proyectar en ella todos sus anhelos y sueños sin ninguna contención. Una líder carismática en silencio o que emite pronunciamientos demasiado genéricos o ambiguos, es un papel en blanco donde la ciudadanía empieza a escribir cualquier cosa desde el fin del mercado a la creación ex nihilo de una nueva constitución. Algo de eso parece estarle ocurriendo a la ex Presidenta Bachelet. Ella debiera recordar que no hay mayor peligro para un político que alcanza el poder, que la gente crea más en sus silencios que en sus palabras: las expectativas son entonces infinitas.
P. ¿Ve algún paralelo con la Presidenta de Brasil?
R. Es probable que a ese respecto haya paralelos de importancia con la Presidenta de Brasil. Ambas mujeres, de izquierda, carismáticas, en las que la gente proyecta su anhelos y las expectativas que la propia modernización ha desatado. Y ambas presas de un dilema complicado. Saben que no hay otro camino que la modernización capitalista; pero no se atreven a decirlo. El resultado es que navegaran en un reformismo con retórica anticapitalista.
P. Bachelet ha basado su campaña en la configuración de una nueva mayoría que incluya a los comunistas. ¿Es el principio del fin de la alianza entre el centro y la izquierda moderada que permitió sacar a Pinochet y el retorno a la democracia?
R. No lo creo. Y eso por varias razones. Desde luego, la más vieja lección de la historia política de Chile durante el siglo XX y lo que va del XXI es que para gobernar y ganar elecciones hay que contar con la adhesión del centro. Y salvo que la izquierda no quiera ganarlas más, va a seguir aliada a la Democracia Cristiana y siendo una izquierda, como usted dice, moderada. Hay una razón adicional: la presencia del Partido Comunista garantiza moderación en vez de perjudicarla. En la historia política de Chile ese partido ha tenido un comportamiento moderado e institucional. Y no hay razones para pensar que esta es la excepción.
P. ¿Qué está en juego para la derecha chilena en estas primarias considerando que sus dos precandidatos tienen escasas opciones de llegar a La Moneda?
R. La derecha a estas alturas no tiene sueños presidenciales plausibles, tiene desafíos puramente pragmáticos. El principal de todos es alcanzar una mayoría suficiente que le permita tener capacidad para negociar parte de las reformas que parecen haber ganado la adhesión de la ciudadanía. Y está bien que algo así ocurra. Así como no se ganan elecciones sin el centro, no se puede alcanzar la estabilidad de un programa de reformas en el largo plazo sin contar con la convergencia estratégica de la derecha. Pero no hay dudas que algo así se alcanzará.
P. ¿Cómo califica la gestión del Presidente Sebastián Piñera a menos de un año del término de su Administración?
R. Piñera ha sido un mal presidente si se lo juzga por la adhesión que ha alcanzado, la manera en que ha manejado los ritos del estado, el entusiasmo que despierta o la forma en que ha promovido las ideas de su sector. Sin embargo, ha hecho un gobierno que, si se atiende a los resultados, está por sobre la media. En suma, un gobierno razonable, en manos de un presidente sin talento para la política. No ha habido cambios estructurales, es cierto; pero él nunca prometió algo así. Se trata (y este es el rasero por el que hay que juzgarlo) de un gobierno de derecha. Si no se le piden peras al olmo, su gobierno ha sido razonable.
P. Este año se conmemora el 40 aniversario del golpe de Estado de 1973. ¿La fecha sigue generando división en Chile?
R. Por supuesto. Me parece a mí que esa división se expresa de tres formas, cada una de las cuales posee una intensidad distinta. En primer lugar, se encuentra la actitud de condena o de desaprobación de la violencia que, como consecuencia del golpe, se realizó en contra de un sector por motivos políticos: hoy son cada vez menos quienes defienden a los violadores de derechos humanos o elaboran teorías y tesis tendientes a la impunidad. En segundo lugar, se halla el proyecto de modernización que principió en esos años, la modernización capitalista: incluso con remilgos y condenas meramente retóricas, lo apoyan en los hechos y en sus programas casi todas las fuerzas políticas. Y en tercer lugar, el andamiaje institucional que, originado en esos años, todavía persiste. Quizá este sea el aspecto en el que, en los próximos años, se expresará la división que todavía causa entre los chilenos el once de septiembre. Así lo indica el debate que ya se ha iniciado sobre el cambio constitucional donde se cita –como ejemplo de lo que debiera hacerse- la constituyente española que dio origen a la carta del 78.

Merkel: “No podemos ofrecer un puesto de trabajo a todos los jóvenes españoles”

La canciller afirma que no quiere alimentar falsas expectativas que deriven en decepción entre los ciudadanos

 

Conferencia de prensa de Merkel tras el Consejo europeo. / JOHN THYS (AFP)
 
Los casi 2.000 millones que España va a recibir para luchar contra el paro juvenil son una buena noticia, pero no van a arreglar por sí solos uno de los mayores problemas del país: que el 55% de los menores de 30 años no tenga empleo. Esta idea la han repetido en los últimos días altos cargos de las instituciones europeas y hoy la han repetido varios líderes tras la reunión que han tenido los Veintisiete ayer y hoy.
Una de las más claras fue la canciller Angela Merkel, que dijo no querer alimentar falsas expectativas que deriven en decepción entre los ciudadanos. En España hay aproximadamente un millón de jóvenes desempleados. No es tan fácil poder decir que en breve podremos ofrecer a cada uno un puesto de trabajo”, dijo la jefa de Gobierno alemán tras la que será su última cumbre antes de las elecciones de septiembre en las que se decidirá si sigue siendo canciller o no.
Merkel hablaba de la garantía juvenil, la medida respaldada por los líderes europeos que pretende asegurar a cualquier europeo menor de 25 años que no pasarán más de cuatro meses desde que pierde su puesto de trabajo hasta que le ofrezcan otro o una formación profesional. El Consejo celebrado ayer y hoy en Bruselas respalda que los 6.000 millones para esta medida se gasten a lo largo de los dos próximos años, en lugar de estirarlos durante el periodo 2014-2020, como estaba planeado en un principio.
Como ya hizo ayer, la líder alemana aprovechó su comparecencia ante los periodistas para vender la reunión patrocinada por ella del próximo 3 de julio en Berlín. En este encuentro participarán los ministros de Empleo de la UE y los jefes de las agencias de empleo para discutir las mejores formas de gastar el dinero para impulsar el empleo juvenil y para intercambiar información sobre las experiencias más exitosas en este terreno.
Otra de las iniciativas que planteó la canciller es combinar las medidas de financiación a las pequeñas y medianas empresas que preparan el Banco Europeo de Inversiones y la Comisión Europea para crear empleo. Como ejemplo de funcionamiento, señaló el acuerdo firmado por Alemania con España y Portugal para facilitar la inversión privada en las pymes. “Tenemos que ser muy creativos”, concedió la canciller.