lunes, 15 de julio de 2013

La herida racial se reabre en Estados Unidos

 

Obama hace un llamamiento a la calma tras la absolución de un vigilante blanco que mató a tiros a un adolescente negro. El veredicto desata protestas en varias ciudades

 
 

Miles de personas han salido a las calles de varias localidades estadounidenses tras la absolución de George Zimmerman, el vigilante vecinal que en febrero de 2012 acababa de un tiro en el corazón a quemarropa con la vida de Trayvon Martin, un joven negro de 17 años desarmado que volvía a casa de su padre tras comprar golosinas en una noche de lluvia.
La principal manifestación tuvo lugar anoche en Nueva York, en Times Square, donde miles de personas se concentraron para protestar contra la sentencia. La policía ha detenido a al menos cinco personas tras desplegar un extenso dispositivo de seguridad. En Los Ángeles, los manifestantes cortaron el tráfico en varias calles. Las fuerzas de seguridad señalaron que si la mayoría de ellos mantuvieron una actitud pacífica, algunos asumieron una actitud más agresiva, lanzando piedras contra los agentes. En Boston, unas 500 personas se sumaron a la protesta.
El país estaba en guardia ante los disturbios que se especulaban podían suceder si un hombre blanco resultaba inocente de hacer acabado con la vida de un joven negro. Ante lo que no sucedió pero como una medida más de la contención hasta ahora demostrada en un caso que hace supurar la herida de la segregación nunca cerrada, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que Barack Obama llamaba a la calma y pedía respeto para la decisión judicial en un estado de derecho."La muerte de Trayvon Martín es una tragedia", escribió el presidente. "Sé que este caso ha levantado pasiones", prosigue, "pero un jurado ha hablado". A continuación, Obama pide a sus conciudadanos mantener la calma y reflexionar sobre la cultura de la violencia armada que tantas vidas se cobra.
No ha sido esta la única vez que el mandatario se pronuncia sobre un caso que tiene la raza en el epicentro de su debate por mucho que se ignore. Casi un mes después de la muerte de Martín -con Zimmerman todavía en libertad- el presidente Barack Obama declaró que si él tu un hijo “sería como Trayvon”. No hacía falta decir más.
A las puertas del tribunal de Sanford, fuertemente custodiado, donde Zimmerman, 29 años y con chaleco antibalas bajo su traje, escuchaba sereno y contenido el veredicto que le convertía en un hombre libre, varios centenares de personas levantaron sus puños al cielo y clamaron por la justicia que consideraron denegada a Martin a la vez que portaban pancartas en las que se leía “Opresión racial”. Pero la noche y la madrugada transcurrieron sin disturbios, sin incidentes graves ni levantamientos como en las épocas de lucha racial en EE UU en las calles de ciudades como Chicago, Washington o Los Ángeles. Tan solo en Oakland (California) se produjeron incidentes que acabaron con ventanas de comercios rotas y hogueras callejeras.
Una parte de EE UU considera que el veredicto de inocencia de Zimmerman es un ejemplo de que sigue existiendo una doble justicia para los ciudadanos, aquella que se aplica dependiendo del color de la piel y que retrotrae a las épocas de la segregación racial, cuando un hombre blanco no sufría las consecuencias legales de matar a un hombre negro.
El caso tiene, además, un componente que refiere a otra lucha distinta de derechos civiles, la que posibilita, según las permisivas leyes de Florida, a una persona a defenderse con la máxima fuerza cuando considera que su vida corre peligro y le otorga el beneficio de la duda ante un juez.
Ese beneficio es el que ha pesado en la decisión de las seis mujeres del jurado, que pasadas las diez de la noche del sábado entraban en la sala del juicio y confirmaban cada una con un tímido sí la pregunta de la juez de si consideraban no culpable a Zimmerman. Este escuchó estoico las palabras que le devolvían de nuevo al mundo de los hombres libres y, si acaso, se intuyó una tímida sonrisa de alivio. Su mujer lloraba y los padres del vigilante —él un hombre blanco y ella una mujer hispana de Perú—, lo que ha situado la identidad racial del acusado también en el plano de la discusión, se abrazaban entre lágrimas. Los padres de Martin no estaban presentes en el momento de la lectura del veredicto.
El caso comenzó el 26 de febrero de 2012 con un bajo perfil y fue escalando posiciones hasta convertirse en un nuevo referente para el debate —tabú— sobre la raza que pervive en este país. Zimmerman no fue detenido hasta seis semanas después de la muerte de Martin y lo fue tras la brutal presión social que forzó a la fiscalía de Florida a apartar a los procuradores locales y nombrar a la fiscal general de Jacksonville.
Nadie cuestionaba el sábado que la sentencia no fuera judicialmente aceptable. El jurado hizo lo que tenía que hacer y no pudo constatar, ante las escasas pruebas, “sin una duda razonable”, que Zimmerman no actuase en defensa propia cuando disparó contra Martin. Según la defensa, el vigilante de la urbanización donde vivía el padre de Martin solo se defendió del ataque del joven negro y como prueba presentó —cada vez que tuvo la oportunidad a lo largo de las tres semanas de testimonios con más de 50 testigos— las fotografías de su nariz partida y los cortes en la cabeza producidos durante la pelea contra el suelo de cemento de la acera.
El fiscal dibujó un escenario muy distinto, aquel en el que Zimmerman actuó movido por sus prejuicios al considerar un criminal al joven negro que caminaba bajo la lluvia en la noche cubierto por la capucha de su sudadera y algo en sus manos (una bolsa de Lacasitos). El fiscal calificó a Zimmerman como alguien que se creía un policía sin serlo y que se tomó la justicia por su mano movido por la convicción de que el chico “no era bueno”.
Si la sentencia es aceptable judicialmente, socialmente es un capítulo aparte. Desde el reverendo Jesse Jackson a la NAACP (la asociación para el avance de las personas de color y principal grupo de lucha de derechos civiles de los negros en EE UU) se calificaba como “descarrilamiento de la justicia” el veredicto de inocencia. “El más fundamental de los derechos civiles —el derecho a la vida— fue violado la noche que George Zimmerman persiguió y acabó con la vida de Trayvon Martin”, se lee en la petición hecha por la NAACP al Departamento de Justicia para que presente cargos federales contra el vigilante.
La juez despachó a Zimmerman con una frase: “Puede irse, no tiene asuntos pendientes con este tribunal”. La opinión pública dictaba su juicio paralelo: no culpable, pero no inocente. Robert Zimmerman, hermano del acusado, proclamó la libertad condicional en la que desde la noche del sábado vivirá el exvigilante: “Pasará el resto de su vida guardándose las espaldas”.

Hollande recurre al optimismo

 

El presidente francés asegura que la economía se recupera durante la fiesta nacional. Los sondeos reflejan otra caída de popularidad del jefe del Estado

 

El presidente François Hollande pasa revista a la Guardia Montada en el desfile militar celebrado ayer en los Campos Elíseos. / LIONEL BONAVENTURE (AFP)
 
Hace 30 años, François Mitterrand pronosticó que el presidencialismo a la francesa no tenía futuro. “Yo soy el último de los grandes presidentes”, dijo, “el último en la línea de un De Gaulle. Después de mí… Solo habrá contables”. Tras 14 meses de presidencia marcados por un rigor contable lento y persistente, por una aguda recesión, y por los récords negativos de desempleo e impopularidad, François Hollande sigue intentando desmentir la envenenada frase de su mentor e ídolo político. Y a falta de resultados tangibles, el presidente socialista de Francia opta por seguir mostrándose optimista y aparentemente inasequible al desaliento que afirman padecer una gran mayoría de franceses.
Tras presidir su segundo desfile militar del 14 de Julio, la fiesta nacional que conmemora el aniversario de la toma de la Bastilla en 1789 —y que este año ha servido para celebrar la amistad entre Francia y Malí, cuyas tropas abrieron el desfile por primera vez—, Hollande aseguró en una entrevista televisada desde el jardín del Elíseo que “la recuperación ya esta aquí”, y enfatizó que su política “está dando frutos”.
“Yo lucho, pero lo que no hago es inventarme medidas nuevas cada día”, agregó en evidente referencia a su antecesor, Nicolas Sarkozy. “La política no es magia, sino estrategia, voluntad y coherencia”, continuó, antes de presumir de que su política ha empezado a dar resultados. Los brotes verdes que Hollande divisa en su invernadero, mientras Francia y Europa siguen estancadas y la segunda economía del euro arrastra la losa de cinco millones de parados, son fundamentalmente dos: “La producción industrial está en marcha otra vez, y el consumo muestra una pequeña mejora”.
Por consiguiente, advirtió Hollande a los navegantes del ala izquierda del Partido Socialista, que reclaman menos recortes y ninguna reforma, la línea económica del Gobierno socialista “no va a cambiar”. “Se trata de no matar el crecimiento con un exceso de rigor, de seguir reduciendo el déficit ahorrando todo lo posible en los gastos de la Administración y de no subir más los impuestos salvo que sea indispensable”, explicó el aventajado exalumno de la Escuela Nacional de Administración.
¿Pero piensa subir otra vez los impuestos en 2014?, le preguntaron ante las cámaras de France 2 los periodistas. “Lo menos posible”, replicó Hollande, antes de reiterar una vez más que su “compromiso” es revertir la curva del desempleo antes de que acabe el año, y de admitir que esto solo será posible gracias al programa de 150.000 “contratos de futuro” que lanzará el Gobierno.
Pese a la mirada autocomplaciente, los franceses siguen confiando poco en la capacidad del Gobierno socialista, tan aficionado a ventilar sus disensiones en público, y desconfiando del propio Hollande, que ha pasado de ser investido como el presidente “normal” llamado a cambiar Europa y a calmar y unir a un país al borde del ataque de nervios, a ser visto por sus compatriotas como un tecnócrata sin ideología que se pasa la vida encerrado en el Elíseo.
Los sondeos no tienen piedad, y estiman que menos de un tercio de los 60 millones de habitantes del Hexágono respalda a su presidente; ese malestar fue una de las grandes novedades de la fiesta nacional: Hollande fue recibido en los Campos Elíseos entre los silbidos—aislados, pero muy inusuales en Francia cuando se trata del jefe del Estado— de los incansables opositores a la ley del matrimonio gay.
La segunda novedad, que ha convulsionado a la política nacional en los últimos días, es el plebiscitario regreso a la arena política de un Nicolas Sarkozy obligado a contraatacar después de que el Consejo Constitucional rechazase sus cuentas de la campaña presidencial de 2012 dejando a su partido, la UMP, sin 10,7 millones de financiación. El jefe del Estado zanjó las preguntas sobre el regreso del hombre providencial de la derecha con notable displicencia. “Eso no es un tema, tengo suficiente con servir al estado como para ponerme a pensar en 2017”.
Sobre las reformas, Hollande garantizó que el Estado social será respetado, y aunque se quejó del inmovilismo de algunos sectores —se refería, sin nombrarlos, a los sindicatos—, insistió en que es necesario racionalizar el sistema para hacerlo sostenible. Especialmente, la reforma de las pensiones exigida por Bruselas, que está siendo consultada en este momento con los agentes sociales y que Hollande quiere enviar al Parlamento en septiembre. “La reforma es necesaria porque si no se hace el sistema tendrá un déficit de 20.000 millones en 2020”, afirmó.

La fiscalía congela los fondos de los líderes de los Hermanos Musulmanes

 

La fiscalía ordena congelar los bienes de 14 dirigentes de los Hermanos Musulmanes.

El Baradei jura como vicepresidente encargado de asuntos exteriores

 

Caretas de Morsi en una manifestación de islamistas en El Cairo. / MOHAMED ABD EL GHANY (REUTERS)
 
Incrementando su presión sobre los líderes de la sociedad de los Hermanos Musulmanes, la fiscalía de Egipto ordenó el domingo el bloqueo de los fondos de 14 de sus cabecillas, incluido el líder supremo Mohamed Badie y varios dirigentes de su brazo político, el Partido Libertad y Justicia. A Mohamed Morsi, el presidente depuesto en el golpe de Estado, se le interrogó el domingo sobre su escape de prisión en 2011, en los últimos días de gobierno de Hosni Mubarak, después de que un juzgado pidiera en junio al ministerio público que investigue si en esa huida le ayudaron operativos de los grupos islamistas Hamás, que rige la franja de Gaza, y Hezbolá, que controla el gobierno de Líbano.
El nuevo vicepresidente de asuntos internacionales, el premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei, tomó el domingo posesión de su cargo. El primer ministro interino, Hazem el Beblaui, eligió además como ministro de Exteriores a Nabil Fahmi, quien fuera embajador en Washington entre 1999 y 2008, con Mubarak en el poder. Ocupará la cartera de Finanzas Ahmed Galal, un economista doctorado por la universidad de Boston y con experiencia en el Banco Mundial. Su labor será ahora negociar un préstamo de 4.800 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional condiciona a una serie de reformas de austeridad.
Después de mantener detenidos a Morsi y su círculo más cercano y dictar órdenes de detención contra algunos de los líderes de los Hermanos Musulmanes, el nuevo Gobierno ha congelado las cuentas de 14 de estos últimos, como Essam el Erian y Mohamed Beltagi, vicepresidente y secretario general respectivamente del Partido Libertad y Justicia, brazo político de la hermandad. “Es el aborto completo del primer proceso democrático de este país”, opina este último. “Tenemos a un presidente encarcelado y a una organización legítima acosada y perseguida. Todos son elementos dentro de este sangriento golpe de Estado militar. Y no hay que verlo sólo como un ataque a la hermandad, sino contra la democracia y la legitimidad de las urnas”.
El Baradei toma posesión de su cargo ante el presidente interino Adli Mansur. / EGYPTIAN PRESIDENCY/HANDOUT (EFE)
Se les investiga por supuesta incitación a la violencia en dos incidentes separados. El 30 de junio una turba asaltó la sede de la hermandad en El Cairo y desde dentro se abrió fuego. Murieron al menos ocho personas, sin que intervinieran el Ejército o la policía. El 8 de julio las fuerzas del orden cargaron contra una manifestación pro Morsi en el cuartel de la Guardia Republicana y murieron al menos 55 personas. Las fuerzas armadas mantienen que fueron provocadas y atacadas por lo que califican de “terroristas”.
Fuentes de la fiscalía dijeron el domingo que además han comenzado a interrogar al presidente depuesto por diversos supuestos delitos, entre ellos el de haber sido asistido por operativos islamistas extranjeros en su huida de prisión. Morsi pasó dos días en la cárcel, entre el 28 y 30 de enero de 2011, encerrado por motivos políticos junto a otros líderes de la hermandad. Mubarak se apeó del poder el 11 de febrero. El 23 de junio de este año un juzgado egipcio pidió a la fiscalía que investigara las circunstancias del escape de Morsi y otros 33 líderes de la hermandad, y que pidiera la ayuda de Interpol para detener a operativos de Hamás y Hezbolá implicados en él.
Además, el ministerio público dice haber recibido demandas contra Morsi por espionaje, incitación a la violencia y destrucción de la economía egipcia durante su mandato. “Son cargos inventados, no podemos considerar ninguno de ellos válidos”, opina Mohamed Gharib Abdel Aziz, abogado de los Hermanos Musulmanes. “El nuevo fiscal general [Hisham Barakat] ni siquiera tiene legitimidad, pues ha sido elegido por un gobierno golpista, y se está inventado cargos que no existen”, añade.
El general Abdel Fatah al Sisi, que orquestó el golpe de Estado del 3 de julio, dijo el domingo en un discurso en un repaso de tropas en El Cairo que no cierra la puerta a que los Hermanos Musulmanes participen en el nuevo proceso político, algo a lo que los líderes de la sociedad se han opuesto en días recientes. Justificando la deposición de Morsi, añadió: “Le envié delegados para pedirle que convocara un referéndum y su respuesta fue un rechazo completo”.

China se pliega ante las protestas medioambientales

 

Las autoridades de Heshan, en la provincia de Guangdong, cancelan el proyecto de la planta de procesamiento de uranio más grande del país

 

La policía se enfrenta a los manifestantes que se oponen a la construcción de una planta de uranio en la provincia china de Guangdong. / STRINGER/CHINA (REUTERS)
 
Las autoridades chinas son cada vez más sensibles a las reivindicaciones medioambientales de la población. Los movimientos democráticos en Corea del Sur y Taiwán comenzaron entre este segmento de la ciudadanía, y en el caso de Taiwán las cuestiones medioambientales jugaron un importante papel. De ahí, que el Gobierno no quiera correr riesgos y cada vez sea más sensible al poder movilizador de la creciente clase media, especialmente cuando tiene que ver con cuestiones relacionadas con la salud. La última muestra ha llegado este fin de semana. Los dirigentes de Heshan (provincia sureña de Guangdong) han cancelado el proyecto para construir la planta de procesamiento de uranio más grande de China, después de que cientos de personas se manifestaran en su contra.
“El Gobierno popular de la ciudad de Heshan (situada 70 kilómetros al suroeste de la capital provincial, Guangzhou) ha decidido respetar la opinión pública y no propondrá el proyecto de CNNC (siglas en inglés de Corporación Nuclear Nacional de China)”, señala el sucinto comunicado emitido en Internet el sábado por las autoridades municipales. La instalación, prevista conjuntamente con la Corporación de Energía Nuclear de Guangdong, tenía un presupuesto de 37.000 millones de yuanes (4.600 millones de euros) y estaba diseñada para producir 1.000 toneladas de combustible de uranio anuales para 2020. Formaba parte de los planes nacionales de reducir la dependencia del carbón e impulsar las llamadas energías limpias.
La sorprendente decisión de paralizar el proyecto se produjo después de que cientos de personas, según la agencia Reuters -más de 2.000, según el diario de Hong Kong South China Morning Post-, se manifestaran el viernes en la ciudad de Jiangmen -a la cual pertenece Heshan- con pancartas y camisetas que rechazaban la planta, mientras cantaban eslóganes como “Devolvednos nuestras casas rurales; estamos en contra de la radiación”. Los gobernantes respondieron inicialmente a la marcha con una extensión de 10 días del periodo de consultas públicas, pero el sábado anunciaron la cancelación. Los vecinos habían planeado nuevas movilizaciones para este domingo.
La instalación, en un complejo de 230 hectáreas en el corazón industrial del delta del río Perla, había provocado también inquietud en las vecinas Hong Kong y Macao. Los gobernantes de Macao –un enclave turístico y paraíso del juego- habían planteado el tema oficialmente a sus interlocutores en Guangdong.
La planta de procesamiento y enriquecimiento de uranio estaba destinada a proporcionar combustible para el ambicioso programa nuclear chino, que se prevé que alcance una capacidad de 60 a 70 gigavatios para 2020, frente a los actuales 12,6. China produce en la actualidad 800 toneladas de combustible de uranio en la provincia suroccidental de Sichuan y la región autónoma de Mongolia Interior, en el norte. Guangdong es una de las principales bases de centrales atómicas en China. Alberga cinco reactores nucleares en funcionamiento y tiene una docena en construcción.
La eliminación del proyecto en Heshan se produce después de que esta misma semana fuera hecho público un estudio sobre la polución en China, que asegura que los habitantes del norte del país tienen una esperanza de vida 5,5 años inferior a los del sur porque han respirado un aire más contaminado. La investigación, realizada por expertos de China, Estados Unidos e Israel, y hecha pública por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, afirma que la política gubernamental de suministrar carbón gratis en invierno para la calefacción al norte del río Huai -que divide el país de oeste a este- entre 1950 y 1980 está causando “la pérdida de más de 2.500 millones de años de esperanza de vida” a los alrededor de 500 millones de personas que vivían al norte del río en la década de 1990, debido al incremento de enfermedades respiratorias y del corazón.
La aparente victoria de los vecinos de Heshan es el último ejemplo relacionado con protestas desencadenadas por el grave deterioro medioambiental que han provocado en China tres décadas de desarrollo económico a menudo desenfrenado y han conducido a la anulación, aplazamiento o traslado a otro lugar de proyectos polémicos. Sigue a las registradas en los últimos años en diferentes ciudades del país como Ningbo (provincia de Zhejiang), Dalian (Liaoning) y Xiamen (Fujian), a causa de proyectos de plantas de productos químicos tóxicos. En algunos casos como Xiamen, tanto o más importante que el miedo a los efectos sobre la salud de la futura instalación fue la preocupación de los vecinos por su efecto en el valor de sus viviendas.
Heshan, Dalian, Xiamen y Ningbo se encuentran en las regiones más ricas de China, por lo que el tratamiento que han recibido sus manifestantes ha sido más tamizado que el que reciben quienes toman las calles en las zonas rurales por motivos como las expropiaciones de tierras, otra de las causas más frecuentes de disturbios sociales. Muchos de quienes se movilizan en las ciudades forman parte de la clase media, cada vez más consciente de sus derechos y ávida utilizadora de las redes sociales y los teléfonos móviles con conexión a Internet.
Sun Liping, académico de la universidad Qinghua en Pekín, estima que en 2010 se produjeron en China unos 180.000 ‘incidentes de masas’, eufemismo con el que los medios de comunicación oficiales denominan las protestas, huelgas y disturbios sociales. Según el Ministerio de Medio Ambiente, el número de movilizaciones relacionadas con problemas medioambientales ha aumentado a un ritmo del 30% anual los últimos 15 años, y estas son cada vez de mayor tamaño.
Pero la clase media no busca una revolución política ni el derrocamiento del Partido Comunista Chino (PCCh) sino que el Gobierno y las autoridades locales respondan a sus preocupaciones, especialmente las que tienen que ver con el medioambiente, la salud, la educación y sus propiedades. Para ello, la gente no duda en salir a protestar y mostrar su rechazo al modelo de crecimiento a cualquier precio que ha impulsado Pekín hasta ahora, y que los propios líderes chinos han prometido cambiar para hacerlo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
Los activistas medioambientales reclaman desde hace mucho tiempo a las autoridades que tomen medidas para incrementar la transparencia y la participación de los ciudadanos cuando se planee un proyecto que pueda suponer un riesgo para la salud y el medio ambiente.

A la guerra vestida de negro hasta los pies

 

Más de 150 mujeres reclutadas por una ama de casa convertida en miliciana combaten en el frente de Alepo

 

Um Fadi pasea con sus gaurdaespaldas por Alepo, en el norte del Siria. / LAURA J. VARO
 
Rihad se sienta con el fusil entre las piernas; el cañón apuntando al techo mientras juguetea con la mirilla. “Voy cogiendo experiencia, visitamos diferentes frentes”, dice la vocecilla estirada desde el sofá de un refugio seguro en el frente de Al Sajur, junto a la carretera del aeropuerto en Alepo. Fuera atruena un proyectil lanzado desde la puerta y ella, vestida de negro desde los pies hasta las gafas de sol, ni se inmuta. También ha disparado cohetes, aclara, aunque no sabe si ha matado a alguien, Rihad solo supone que algún tiro habrá acertado alguna vez.
La treintañera forma parte de la única katiba (brigada) exclusivamente femenina en la capital del norte de Siria, donde los combates contra el Ejército leal a Bachar el Asad continúan desde que en julio de 2012 los rebeldes iniciasen la ofensiva para tomar la ciudad. Los aviones del régimen no han dejado de sobrevolar Alepo, donde los bombardeos aún hacen temblar justo después de la llamada del muecín al iftar, la comida que rompe el ayuno en Ramadán.
Tampoco han cesado los enfrentamientos a menos de 100 metros de distancia entre soldados leales a Assad y alzados. Estos días, Rihad está de celebración: es su aniversario como miliciana, desde que llegase a la ciudad el pasado Ramadán. Un año luchando cara a cara contra militares entrenados, igual que las más de 150 mujeres combatientes que empuñan armas en Alepo, todas comandadas por Um Fadi. “La llamamos Mama”, subraya.
Su fama le precede, al menos en la sala donde los milicianos del frente que controla la zona aguardan su llegada antes de sentarse junto a dos “guardaespaldas”. “Solía luchar con hombres de todos los grupos”, dice Om Fadi, de 43 años, “todos me conocen”.
En junio de 2011, poco después de que las cargas del Ejército sirio contra manifestantes civiles convirtiesen una protesta pacífica en una guerra civil que ya ha dejado más de 93.000 muertos, según la ONU, Um Fadi, ama de casa con diez hijos (el último, de apenas un año), decidió marcharse a Deraa, el corazón de las revueltas contra Damasco, con su hermano. “No podía aguantar más”, dice Mama, “no es fácil ver la situación, la gente que muere, y no hacer nada, si no es mi hijo, es el de mi vecino”.
“Me fui al frente sin ningún entrenamiento”, se ríe, “y empecé llevando de un lado a otro la munición”. Mama aún no disparaba, pero acumuló suficiente nervio en primera línea como para mandar callar a su hermano, combatiente en las filas de Gorabat as-Sham, cuando la interrumpe. “La vi con un rifle y lo hacía tan bien que yo fui a coger un arma más grande”, bromea el veterano Taha, “no podría estar más orgulloso”.
Cuando un año después regresó a casa, en Alepo, para participar en la ofensiva, ya se había hecho un nombre y decenas de voluntarias comenzaron a llamar a su puerta. “Yo solo las animo, no les incito, ellas vienen a mí”.
La katiba nació por una necesidad logística. “Necesitábamos a las chicas para registrar mujeres”, apunta Abu Musafar, líder del frente Al-Shabab al-Suriye, implantado en el barrio de Al-Sajur. Así saltaron las mujeres de las cocinas de la retaguardia, donde preparaban el rancho a sus hijos, maridos y hermanos, a los puestos de control que aún salpican las calles de la zona rebelde, “para pillar a los shabiha (matones del régimen) que iban vestidos de mujer”, según Um Fadi.
Su andar de hiyab y abaya hasta los tobillos convierte a estas mujeres en el centro de atención, lejos de la apariencia de uniforme militar de otras combatientes como las milicianas kurdas del YPG (Unidades kurdas de Protección Popular, en siglas kurdas) apostadas a lo largo de la frontera turca, en el camino hacia Raqqa, al noroeste de Siria. Las mujeres, también están en guerra. “Ellas son miembros del Ejército Libre Sirio (ELS)”, dice Abu Musafar, “no tienen por qué tener miedo y quedarse en casa”.
Rihad fue una de las primeras en apuntarse, recién llegada de Homs, donde apoyaba la revolución haciendo trabajo humanitario, hasta que perdió a su familia al completo. “Éramos cinco chicos y seis chicas, todos están muertos”, cuenta. Sola, se decidió por las armas. “Vine a Alepo a luchar y conocí a Mama”, cuenta.
Su caso no es extraordinario. Rabia, de 27 años, perdió a su marido en Bab Amr, uno de los frentes más fieros de Homs, situada en la carretera que une la capital siria con Tartus, en la costa de mayoría alawí (la secta de la familia El Asad). “Luchábamos juntos”, dice. Eso fue antes de encontrar a su hijo de dos años y medio muerto en la cama por el disparo de un francotirador apostado frente a su ventana.
“Cuando llegué”, continúa Rihad, “descubrí que todos los combatientes eran mis hermanos y todas la chicas eran mis hermanas”. “Incluso tengo una Mama”, dice en referencia a Um Fadi, “ellos me lo han dado todo”, incluso un marido con quien comparte casa y línea de fuego.
Pero le puede la memoria. “Echo de menos mi barrio, mi tierra, mi casa y mis vecinos”, solloza bajo un velo negro que le cubre toda la cara, “echo de menos a mi familia, espero volver a Homs y rezar en la mezquita de Khaled bin el-Walid (nombrada por uno de los conquistadores de la Siria musulmana y centro de las protestas en la ciudad, bombardeado en 2012)”. Su cruzada revolucionaria se ha convertido en venganza. “Espero que el régimen caiga y Siria sea libre”, reivindica, “tan grande como el sufrimiento en Siria, así es mi odio contra Bachar”.

sábado, 13 de julio de 2013

Sudamérica se planta ante el espionaje de Estados Unidos

Brasil, Argentina, Uruguay y Venezuela llaman a consultas a sus embajadores en Madrid, París, Roma y Lisboa

 

Los presidentes Morales, Fernández, Mujica, Rousseff y Maduro este viernes. / Matilde Campodonico (AP)
 
Hacía mucho tiempo que las relaciones entre Sudamérica y los países europeos no se tensaban tanto. Los miembros de Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela) han acordado en una cumbre llamar a consultas a sus embajadores en España, Francia, Italia y Portugal para que informen sobre las decisiones que obligaron a desviar a Viena (Austria), donde el pasado día 2 quedó varado 13 horas, el avión presidencial del boliviano Evo Morales. Esa ha sido, de momento, la respuesta diplomática conjunta de todos los países del Mercado Común del Sur –excepto Paraguay, que se encuentra suspendido desde el año pasado—a la actuación de varios Gobiernos europeos que actuaron bajo la sospecha de que el exanalista estadounidense Edward Snowden viajaba en el avión oficial de Morales.
Los cuatro países de Mercosur ratificaron en un comunicado el “firme repudio” a las acciones de los cuatro Gobiernos europeos por “no permitir el sobrevuelo ni aterrizaje de la aeronave”. Este hecho fue calificado como un acto “infundado, discriminatorio y arbitrario”, además de “una práctica neocolonial” y un “acto insólito, inamistoso y hostil, que viola los derechos humanos y afecta la libertad de tránsito, desplazamiento e inmunidad” de la que “goza todo jefe de Estado”.
La decisión de llamar a consultas a los embajadores se tomó durante la XV cumbre de Mercosur celebrada el viernes en Montevideo. Los miembros del bloque económico respaldaron la denuncia que presentó Bolivia ante la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, “por la grave violación de los derechos fundamentales del presidente Evo Morales”. Y decidieron llamar a sus embajadores en los cuatro países europeos para “ponerlos en conocimiento” de ese apoyo a la denuncia de Morales.
Los países de Mercosur también emitieron otro comunicado en el que condenaron “las acciones de espionaje por parte de agencias de inteligencia” de Estados Unidos y rechazaron “enfáticamente” la intercepción de las telecomunicaciones y las acciones de espionaje. Nada más aterrizar en Motevideo, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, señaló: “Cualquier acto de espionaje que viole los derechos humanos, y sobre todo el derecho básico de la intimidad, y atente contra la soberanía de las naciones, merece ser condenado por cualquier país que se considere democrático”
La semana pasada el diario O Globo publicó un artículo basado en informaciones reveladas por Snowden donde se afirmaba que Estados Unidos espió a Brasil y a otros 13 países latinoamericanos, a través de sus agencias Central de Inteligencia (CIA) y Nacional de Seguridad (NSA, según sus siglas en inglés). El espionaje se produjo entre 2008 y el primer trimestre de este año. Entre las comunicaciones intervenidas había llamadas telefónicas, correos electrónicos y conversaciones de voz por Internet. El país más vigilado resultó ser Brasil, seguido por Colombia y en tercer lugar, México, según las citadas informaciones. También cayeron bajo las redes de vigilancia Ecuador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Paraguay, Chile, Perú, Argentina y Venezuela.
El martes pasado, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, declaró: “Me corre frío por la espalda cuando fui el otro día a Bolivia y vi que un presidente hermano había sido detenido durante 13 horas como si fuera un ladrón; me corre frío por la espalda cuando nos enteramos que nos están espiando a todos a través de sus servicios de informaciones en Brasil”.
Pero más allá del espionaje y su repudio, ahora mismo la verdadera patata caliente se llama Edward Snowden. El presidente Barack Obama ya ha advertido que cualquier país que lo acoja lo pagará caro. Las advertencias o amenazas desde la Casa Blanca hacia los diversos Gobiernos han debido ser tan convincentes que ni Rusia se atrevió a prestarle asilo al fugitivo. En América Latina, sin embargo, se han ofrecido Bolivia, Nicaragua y Venezuela.
Respecto a la posible acogida a Snowden, los países de Mercosur repudiaron, sin citar expresamente a la Casa Blanca, “las acciones que puedan menoscabar la potestad de los Estados de conceder” el derecho de asilo, y rechazaron “todo intento de presión, hostigamiento o criminalización de un Estado” “sobre la decisión soberana de cualquier nación de conceder” ese derecho.

Snowden promete guardar silencio para entrar en Rusia

El exanalista se compromete a no dañar los intereses de EE UU, como le exigía el Kremlin

El estadounidense denuncia una "campaña ilegal" de Washington para evitar que obtenga asilo

 

Edward Snowden, en su reunión con activistas en el aeropuerto moscovita. / REUTERS
 
Casi tres semanas ha tardado Edward Snowden en aparecer ante el mundo. El analista informático que desveló el espionaje masivo de Estados Unidos se reunió ayer con un grupo de activistas defensores de derechos humanos en la terminal del aeropuerto moscovita de Sheremétievo. Poco después salieron a la luz las palabras e incluso imágenes del filtrador. “La decisión moral de hacer público el espionaje que nos afecta a todos ha tenido un precio, pero era lo que había que hacer. No me arrepiento”, dijo Snowden a sus interlocutores, según una transcripción de su intervención difundida por Wikileaks.
Snowden explicó que pediría asilo en Rusia con la idea de saltar desde allí a América Latina, donde varios países se han ofrecido a acoger al analista acusado en Estados Unidos de desvelar el programa de espionaje masivo a Gobiernos y ciudadanos puesto en marcha por EE UU.
Snowden se ha comprometido a no dañar los intereses de Estados Unidos, según el diputado ruso Viacheslav Níkonov. Esa era precisamente la condición que puso el presidente ruso, Vladímir Putin, para conceder asilo al filtrador. “Ha anunciado que conoce la condición y que le ha resultado fácil aceptarla. No tiene intención de causar daño a EE UU porque es un patriota de su propio país”, dijo Níkonov.
Tatiana Lochkina, de Human Rights Watch, dijo haber recibido una llamada telefónica de la Embajada de EE UU. El embajador Michael McFaul le pidió que le hiciera llegar un mensaje a Snowden. “La posición de las autoridades americanas es que [Snowden] no es un defensor de los derechos humanos”, dijo Lochkina citando al diplomático de EE UU. “[Snowden] ha violado la ley y por eso debe comparecer ante la justicia”, añadió. El embajador, sin embargo, contactó con la revista New Yorker para negar la mencionada conversación con Lochkina.

Las peticiones de asilo

El exanalista estadounidense ha pedido supuestamente asilo a 27 países, de los que se conocen 21. Además de Cuba, que ha recordado el derecho soberano de los países a otorgar el asilo, los otros países son:

Los que se han mostrado receptivos.
Nicaragua, Venezuela y Bolivia. Rusia también mostró su acuerdo, pero con una condición: que Snowden dejase de perjudicar a EE UU.
Los que han rechazado formalmente la petición. India, Francia, Polonia, Alemania y Brasil. Este último país aseguró que ni siquiera leería la petición.
Los que la han rechazado por defecto de forma. España, Holanda, Austria, Italia, Ecuador, Islandia, Finlandia y Noruega. La objeción ha sido casi siempre la misma: la petición ha de hacerse en persona desde la frontera o en el propio territorio nacional.
Los que han rehusado hacer comentarios. China e Irlanda. Ninguno de los dos países explica si han recibido petición de asilo. El ministerio irlandés de Exteriores ha afirmado que "no comenta casos individuales".
Los que niegan haber recibido la solicitud. Suiza. La confederación helvética mantiene que en ningún momento ha recibido una petición formal de Snowden para asilarse.
En medio de una abrumadora expectación mediática, Snowden fue trasladado en autobús desde la terminal donde se encontraba hasta la sala en la que mantuvo una reunión con 13 defensores de derechos humanos y conocidos abogados, a los que se había dirigido por carta.
En su mensaje, Snowden denunció además “la campaña de persecución” que ha desatado en su contra el Gobierno de Estados Unidos y que tiene como fin impedir que pueda ejercer su “derecho a buscar asilo”. En su comunicado Snowden agradece a los países que le han ofrecido asilo —Rusia, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador entre otros— y lamenta que algunos países “hayan conspirado para obligar a un avión presidencial [el del boliviano Evo Morales] a aterrizar para buscar a un refugiado político”. Esto “constituye una amenaza no solo a la dignidad de América Latina o mi propia seguridad, sino también al derecho elemental compartido por toda persona de vivir libre de persecución”.
Snowden ha estado supuestamente en la zona de tránsito internacional de una de las terminales del aeropuerto desde el 23 de junio, cuando llegó en un vuelo de Aeroflot procedente de Hong Kong. El exanalista ha pedido asilo a 27 países.
A primera hora de la tarde, más de un centenar de periodistas estaban ya a la espera en el área adyacente a la zona de tránsito. Antes de participar en la reunión, el diputado de la gubernamental Rusia Unida declaró ante los reporteros que “Snowden no puede ser entregado”, que su situación debe ser “resuelta según la legislación internacional” y que, si pidiera asilo a Rusia, “tendría derecho a recibirlo”. El abogado Guénrij Reznik coincidió en que Snowden tendría “derecho a recibir asilo en Rusia” si lo pidiera. Según él, su situación encaja con “los criterios establecidos por la Constitución rusa”.
Entre los personajes que el estadounidense ha invitado a Sherermétievo, donde ningún periodista ha logrado hasta ahora verle ni contactar con él, figuran Vladímir Lukín, Defensor del Pueblo, y activistas de Human Rights Watch, de Transparencia Internacional, de Amnistía Internacional y varios conocidos abogados rusos.
El ministro ruso de Justicia, Alexandr Konoválov, aseguró que la cita de Snowden con los activistas no supone ninguna violación del derecho internacional. “Me parece que en el mismo hecho de la reunión no hay ninguna violación ni a las leyes rusas ni a las convenciones internacionales. ¿Dónde está la violación? A la gente se le permite entrar en esa zona (de tránsito del aeropuerto) y a él se le permite estar allí”, precisó el ministro de Justicia.
Amnistía Internacional reiteró su apoyo al exanalista. “Seguiremos presionando a los gobiernos para garantizar que se respetan sus derechos. Esto incluye el derecho incuestionable a reclamar asilo donde quiera”.